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martes, 23 de junio de 2009

Somos diferentes


Por estos días –últimos de una larga e intensa campaña hacia las elecciones internas- se escuchan voces desesperadas en procura de torcer lo que parece inevitable a estar por las encuestas. Si todo transcurre como éstas vaticinan, seguramente los resultados ya están cantados hace bastante rato.
Pero como hay que vender el oso sólo luego de cazarlo, es necesario ser pacientes y esperar el resultado del próximo domingo. De todos modos resulta hasta grosero ver la desesperación que impera en el precandidato blanco Jorge Larrañaga, quien arenga a votar por su candidatura seguro de ser el único capaz de ganarle a Mujica. ¿Pero cómo? ¿No era que no creía en las encuestas? ¿En qué basa entonces su argumento -por el que está incluso pagando mucha plata a los medios de prensa- para afirmar que la interna opositora está laudada?
Una incoherencia más de las muchas que le hemos escuchado decir no ahora, sino durante este período de gobierno y que será –seguramente- la razón principal de una derrota vaticinada por las encuestas que tanto critica.
Aquel “muerto” que velaron antes, hoy goza de buena salud, y así Lacalle se erige como el favorito de una interna peleada que se va develando a medida que se acerca el último domingo de junio.
Por tiendas frenteamplistas la cosa parece mucho más clara, aunque justo es decir que tampoco vendemos la piel del oso antes de su captura. Sin embargo mentiríamos –y nos mentiríamos- si dijéramos que no las escuchamos o esperamos con cierta ansiedad.
En estos últimos días de intensa actividad política, auguramos un resultado: que el Frente Amplio sea –por lejos- la opción más votada.
Todo tiene su primera vez y esta fue la primera en que no hubo una fórmula de consenso. Aquello de “cambia, todo cambia” se hizo realidad y no fue ajeno el FA. Pero aún en ese disenso interno, que dio lugar a más de una opción, la diversidad nos hizo crecer y madurar como fuerza política. Al fin de cuentas el FA es un colectivo de voluntades y opiniones diferentes unidas por una intención: el bien común del pueblo uruguayo.
A pesar de ciertos desencuentros, nos sentimos realmente diferentes de la oposición blanca y colorada, por cuanto lejos de aumentar la distancia entre los principales candidatos frenteamplistas, las señales de acercamiento se van dando y estamos muy lejos del agravio descalificador que haga del acuerdo necesario, un pacto de hipocresía.
Es que realmente, ¡somos diferentes!


el hombre ondeaba la bandera de Otorgués,
el perro ladraba loco de contento...

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