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martes, 11 de agosto de 2020

Una madraza al Senado

“No estoy llorando, se me metió una Graciela Barrera en el ojo” – así lo estampó Maqui en su cuenta de twitter (@maqui13) el pasado 5 de agosto, tras la intervención de la protagonista de esta columna en La letra chica de Tv Ciudad. Una expresión que encuadra de forma perfecta el sentimiento que inspira la trayectoria de una madraza –en toda la acepción de la palabra- que transformó su dolor en amor de una forma que muy pocos llegarían a comprender. Una mujer que atravesó el peor duelo que un ser humano puede sufrir en su vida como es la pérdida de un hijo, pero al que pudo transformar en algo sanador no solo para sí misma y su familia, sino para muchos que, como ella, empezaron a transitar ese camino de curación espiritual.