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lunes, 8 de noviembre de 2021

Paradoja: la seguridad y las cifras

El Profesor Paradoja
Cuando algo parece contrario a toda lógica nos encontramos ante una paradoja, y eso parece ser lo que estaría ocurriendo hoy con la seguridad y las cifras de los delitos. El punto precisamente es la ausencia de toda lógica en lo que refiere al tratamiento que se hace de la seguridad pública y su inevitable forma de evaluar su gestión a través de los números fríos de denuncias de delitos. Algo que no es determinante pero que condicionó siempre a los gestores de turno de la cartera más difícil que tiene el Poder Ejecutivo, como es la del Ministerio del Interior. Esa paradoja inevitable se reproduce automáticamente y sin que nadie la pueda impedir. Parece ineludible evaluar a la seguridad a través de los números que arrojan las estadísticas sobre el comportamiento criminal, a pesar de lo sesgado que pueda resultar esa evaluación. Porque esos números pueden tener múltiples lecturas y tendrán la explicación que mejor convenga al editor de turno, así como el receptor hará de esos datos la interpretación que entienda como la más acertada. En suma, todo se reduce a una cuestión subjetiva que definió brillantemente el poeta Ramón de Campoamor: «… nada hay verdad ni mentira todo es según el color del cristal con que se mira».