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miércoles, 6 de noviembre de 2019

#VotoaVoto


La consigna es clara, hay que recuperar el terreno perdido que se tradujo en votos que ponen en riesgo el cuarto gobierno frenteamplista. El resultado final de la primera vuelta electoral ha dejado en claro que casi 200 mil voluntades no renovaron su apoyo al Gobierno. Esos descontentos que no votaron a la izquierda gobernante tuvieron sus razones para hacerlo -seguramente- pero también tienen claro (o deberían tenerlo), que la discontinuidad de la fuerza progresista en el poder pone en riesgo muchos de los logros que hoy disfrutan. No se trata de hacer terrorismo electoral sino de un simple ejercicio de memoria que permita reconocer lo hecho por cada uno de los que hoy tienen chances de llegar a ser el próximo Presidente de los uruguayos. Por un lado una corriente conservadora, muy crítica con la agenda de derechos (que ahora dicen apoyar) y con una orientación ideológica diametralmente distinta a la que tuvo la fuerza progresista en esta década y media. Pero esto es una contienda que se define no con mandatos dirigenciales sino con las bases en los territorios, por eso es que esta “fuerza constructora” llamada Frente Amplio, salió a convencer a aquellos que no la votaron para asegurarles que hay que conservar lo bueno y hacerlo mejor… mucho mejor. La garantía son los 15 años de gestión -con sus aciertos y errores- que son exponencialmente mucho más significativos que las dos décadas de gobiernos de los partidos tradicionales que le precedieron pos dictadura.