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viernes, 14 de febrero de 2020

¡Chau Bonomi!

La lluvia del miércoles 15 de enero de 2020 no solo trajo alivio a la ola de incendios forestales que afectó a varios puntos del sur del país; trajo también la soberbia literaria en forma de editorial de El País donde en una especie de despedida anticipada destiló todo el veneno acumulado en una década de constante ataque a su gestión. La mirada miope y aferrada en lo local será ampliada -seguramente- en el siguiente lustro, donde ya leeremos argumentos asignando a la región el peso que siempre tuvo y del que no pudo escapar Uruguay (por más que lo hecho seguramente haya minimizado notoriamente los efectos sufridos, lo que nunca reconoció ese medio). Y eso, siempre y cuando no se apele a sacarle protagonismo y presencia mediática a la crónica roja al asumir, el gobierno electo, la responsabilidad de administrar la cartera más difícil del Poder Ejecutivo. Bonomi se fue, pero dejó mucho y lo saben. El destilado editorial ocultó lo evidente, fundamentalmente, para los que hicieron parte misma de la gestión: los Policías. Porque fueron ellos los que vieron dignificada su función con una mejor paga, uniformes decorosos, armamento de última generación, nuevas tecnologías para combatir el crimen, flota vehicular como nunca existió, y con una capacitación permanente y de nivel terciario que hizo, hace y hará la diferencia de aquí en más. No ofendieron a Bonomi con ese editorial, ofendieron a los miles de Policías que tuvieron en su gestión semejantes reconocimientos. Bonomi se fue sí y está bien que lo despidieran porque -seguramente- en no mucho tiempo lo van a estar extrañando...