Traductor

martes, 27 de junio de 2023

50 años atrás…

Abandonando ya la cincuentena y por convertirme en un sexagenario, los recuerdos piden cancha para salir a despabilarlos en retrospectiva. El golpe de Estado fue una tragedia que me impresionó mucho con apenas 10 años. La imagen de mi madre imponiéndome de la mala nueva mientras en el viejo televisor a válvulas y caja de madera, la figura de un canoso Hamlet Reyes aparecía para dar inicio a una etapa oscura que duraría más de una década. Un período gris y muy triste, donde la marcha 25 de agosto anunciaba casi que a diario, los “sediciosos” requeridos o detenidos que ilustraban muchas veces los marciales anuncios. Tiempos de vedas, carestía y escases de alimentos de primera necesidad; tiempos de ajustes y salarios congelados; tiempos de delaciones y funcionarios clases A, B y C, que presagiaban la destitución; tiempos de detenidos desaparecidos que siguen pidiendo VERDAD y JUSTICIA hasta hoy. Han pasado tan rápido que casi que no nos dimos cuenta pero, dejaron marca y un indeleble mensaje que es imperioso transmitir fuerte y claro a las nuevas generaciones: NUNCA MÁS