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jueves, 30 de agosto de 2018

Espejos argentinos...

No hace mucho tiempo atrás al mínimo resfrío argentino sobrevenía la peor pulmonía uruguaya, producto de una economía argentino dependiente (con Brasil pasaba parecido); eso fue así hasta que sufrimos la peor de las crisis de nuestra corta historia en el año 2002. Entonces, fuimos la sangría obligada de los capitales golondrinas que usaban al Uruguay como refugio temporal de sus dineros por obra y gracia de una política que buscaba ser plaza financiera de la región. Por lo menos, esa era la intención de un Presidente “divertido” que terminó pidiendo perdón -entre lágrimas- a su par argentino, por un exabrupto muy celebrado allende el Plata. Luego de la crisis, llegaría la izquierda al Gobierno y otra forma de hacer frente a la política económica, más allá del ocasional viento de cola -que duró menos de lo que quieren hacer creer algunos- y marcó década y media continua de crecimiento ininterrumpido. En medio de ese ciclo económico virtuoso, el “país hermano” cortó los puentes binacionales y aprendimos a vivir sin su apoyo pero, con pasteras propias y mercados nuevos, nos abrimos al mundo y Uruguay ya no depende sino de sí mismo...