Traductor

lunes, 19 de abril de 2021

Victoria pírrica

Fuente imagen: La Vanguardia

Muchas enseñanzas nos va a dejar esta pandemia, algunas absolutamente virtuosas como la solidaridad expresada en los cientos de ollas populares que se instalaron y mantienen con escaso o nulo apoyo del Estado (aunque ahora se prometió asistencia). Iniciativas que siguen en pie con el invalorable aporte solidario de miles de anónimos que arriman su colaboración o ponen su trabajo personal al servicio de los que más están sufriendo una emergencia sanitaria sin precedentes. Solidaridad que también se manifiesta en el esfuerzo inmensurable de todos los que hacen parte del sistema de salud, esos que están en el frente mismo de batalla y que emiten señales de alerta que son interpretadas con recelo por quienes se empeñan en teñir de interés político partidario lo que debiera ser una cuestión de Estado. Y así con otras tantas actividades que son llevadas a cabo por esos anónimos a los que debemos parte de nuestra cotidiana existencia con servicios que pocas veces ponderamos en su justo término. Por eso es que muy a pesar nuestro, la derrota final que sufrirá -sin dudas- este virus que atormenta al Uruguay y al mundo, tendrá un sabor amargo por los que perdieron su vida a manos del virus, siendo que algunas de esas muertes pudieron evitarse. No faltarán los que saldrán a batir parches y celebrar el fin de la pandemia como una victoria que nos hará recordar a Pirro, aquel rey de Epiro que derrotara a los romanos sufriendo la pérdida de gran parte de su ejército.