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lunes, 20 de julio de 2020

La culpa siempre será nuestra

Fuente imagen: diario16.com
Las luces de alarma se encendieron más rápido de lo que se esperaba para un gobierno que acertó con rápidas medidas pero que se confió demasiado. No le llamo suerte a las decisiones asumidas porque no se trata de puro azar sino de decisiones que se fundamentan en otras anteriores que le dan sentido a los resultados que se obtienen a partir de las mismas (aunque no lo reconozcan). Así, no es justo dejar de reconocer que la rapidez de ciertas decisiones fue un total acierto y que la lectura previa de los resultados vistos en otros países, (aunque no se diga), sirvió de base para adelantar un escenario posible que se quería evitar y se logró. También es cierto que hubiera sido imposible ese resultado sin el respaldo institucional forjado por anteriores administraciones que potenciaron un sistema de salud que hizo posible el resultado, así como también una infraestructura invertida que se supo aprovechar al máximo para reducir los daños y que los motores de la economía y la educación no se detuvieran por completo (conectividad con la fibra óptica de ANTEL, por ejemplo). Pero claro, en medio de la urgencia estuvo una ley que mechó todo lo que se quería imponer antes de la pandemia. A pesar de los resultados que tanto elogio le otorgaron a la novel administración a nivel internacional, poco importó a la hora de intentar –sin éxito- romper esa fortaleza de la que se valieron para recoger esos elogios y fueron por ANTEL. Hoy, con el reintegro paulatino de múltiples actividades se dispararon focos del virus en varias direcciones y no solo en circunscripciones controlables del interior como puede ser el departamento de Treinta y Tres, también en la capital del país se han detectado varios focos en distintos puntos que hacen pensar en una circulación del virus que prendió rápidamente todas las alertas. Ahora se nos vuelve a exhortar prudencia y responsabilidad, pero el gobierno ¿hizo todo lo que podía hacer, o fue mezquino en la respuesta? La culpa de todo esto, por supuesto, siempre será nuestra…