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martes, 14 de noviembre de 2023

El presidente en su laberinto

Fuente: iStock
Impuso un estilo personalista a nivel extremo, tanto que hoy tiene que asumir lo que prometió en campaña y que no es otra cosa que hacerse responsable por la gestión de sus mandatados. Porque, a estas alturas, no quedan dudas que es el principal responsable (por acción u omisión), de los hechos que ocupan la agenda de los uruguayos. Una agenda plagada de irregularidades y escándalos que no solo complican la figura de nuestro primer mandatario sino -lo que es mucho peor- dañan la imagen internacional de nuestro país. Ese daño es inmensurable y solo el tiempo podrá medirlo en su real dimensión. Mientras tanto, el presidente oriental está envuelto en una cadena de escándalos que lo tienen como común denominador y lo encierran en un profundo y escabroso laberinto del cual nadie puede predecir con certeza que saldrá indemne.