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lunes, 15 de noviembre de 2021

Tiros en la madrugada…


Fuente imagen: El País Uruguay
En mi barrio se había calmado la furia pero en los últimos meses se ha vuelto una constante los repiqueteos de pistolas automáticas que cortan el silencio nocturno. Y lo hacen de una manera trágica, porque sabemos que atrás de esos estruendos hay violencia, dolor y -muchas veces- muerte. La sensación de inseguridad que dejan esos sonidos, que se han naturalizado en algunos barrios, es latente. Es cierto que hubo un tiempo de calma, fue cuando surgió el PADO, una forma de policiamiento altamente especializado que rompía las rutinas y respondía concretamente a los mapas del delito que arrojaban las denuncias. Esa presencia policial en los horarios donde había mayor ocurrencia criminal, permitieron pacificar muchas de las zonas rojas que empezaron a mutar al verde rápidamente. Tras el cambio de gobierno, la lógica (y los buenos resultados acumulados), permitían pensar en la continuidad de aquel eficaz patrullaje, sin embargo ocurrió lo contrario. ¡Que vuelva el PADO!, reclaman en los barrios, mientras siguen sonando los tiros en la madrugada…