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lunes, 17 de agosto de 2020

Un lujo miserable

Fue parte de mi infancia, cada sábado era la salida pactada con los amigos del barrio para disputar el picado semanal en el gramillado que lo circundaba. El viejo Cilindro Municipal era la cita obligada de los del Villa Española y aledaños. Hoy fue reemplazado por una obra majestuosa que nos puso en el primer mundo sin nada que envidiar a otros países que también cuentan con edificios como nuestro ANTEL Arena. En tiempos de pandemia, y con la emergencia decretada en los primeros días de marzo pasó a ser un edificio ausente, testigo silencioso de una pandemia que golpeó al Uruguay con otra virulencia pero cuyos efectos se hicieron sentir con el cierre de todos los espectáculos públicos, entre otros.. Se apagaron sus pantallas, las luces que marcaban su presencia y que jerarquizaron toda una amplia zona pasaron a quedar presos de decisiones que van más allá de una emergencia sanitaria circunstancial. Atrás de su prolongado cierre se manifiestan –de forma por demás evidente- intenciones políticas de demonizar la obra pública más importante de las últimas décadas y que algunos no vacilan en tildar de gasto innecesario. El Palacio Legislativo también fue –en su momento- un gasto innecesario, sin embargo nadie cuestiona esa magistral obra arquitectónica de la que nos enorgullecemos todos los uruguayos. Por eso, cuando ahora paso todos los días y lo veo allí, majestuoso y a oscuras, no puedo dejar de pensar que hoy nos estamos dando un lujo miserable…