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lunes, 29 de junio de 2015

Como volverlo a ver...

Agustín Juncal y el Perro Gil
Él partió hace mucho tiempo... demasiado. Casi 30 años ya, (28 para ser precisos), casi tres décadas que se fueron volando pero que no alcanzaron -ni alcanzarán- para olvidarlo. Sigue estando entre nosotros porque hasta parece que fue ayer que lo veíamos con su caminar a saltitos y sus expresiones tan propias que impiden la desmemoria. Todavía recordamos su timbre de voz, su risa nerviosa con mueca incluida, su humor absurdo, su cultura general impropia de una generación amordazada por la dictadura. Un gran jugador de fútbol, con moña corta y potente zurda, que lo hacían diferente a la hora de elegir un refuerzo para el picado de fútbol. “Hungría es nuestra”, era su canto de victoria cada vez que se disponía a hacer una de las suyas, que hicimos nuestras con el tiempo. Allí parecía estar otra vez, con su pelo enrulado y despeinado, su barba irregularmente incipiente, su lozanía indemne, aquella que lo identificó siempre y que permanece grabada en mi memoria. Su estampa regresaba otra vez, íntegro y feliz para quedarse delante mío, con su risa intacta y las expresiones que jamás pude olvidar de aquel amigo mío. Fue una experiencia increíble, algo así como volverlo a ver...