Traductor

martes, 10 de noviembre de 2020

¿Mala praxis?

Es difícil estar en una situación crítica, y más aún resolverla adecuadamente, pero ahí es cuando se ven, realmente, a los profesionales, esos que se capacitan para atender ese tipo de situaciones. No pareció el caso de la reciente acción policial que culminó con un disparo –con munición letal- ante un individuo que esgrimía –es cierto- un machete de forma amenazante. Si esto que les relaté por último lo hubiesen leído simplemente, seguramente les hubiera parecido adecuada la respuesta policial pero en este siglo de las comunicaciones donde cada uno de nosotros cuenta con un aparatito que tiene cámara de video de alta definición, entonces la cosa cambia y la imagen tira abajo todo relato posible. Ahí, video mediante, nos erigimos en jueces y testigos infalibles. Y a estar por lo que vimos en un video grabado desde un ómnibus y en primer plano, la secuencia deja la impresión de una desmedida respuesta policial tomando en cuenta la escena misma donde el agresor daba muestras inequívocas de un estado de desequilibrio producido por la ingesta de alcohol o –incluso- de una patología mental que requería otra respuesta mucho menos violenta, que lo contuviera y pusiera fin a su agresiva y errática conducta. No fue solo un policía, al menos fueron tres (algunos testigos daban cuenta de un cuarto), que pudieron y debieron intentar otro tipo de maniobra a la hora de reducir a un agresor alterado que daba muestras de un desequilibrio notorio y una peligrosidad que podía atenderse usando otros métodos o aplicando otras estrategias. Un capítulo aparte para los comentarios que acompañaron las imágenes, algunos de compasión y cierta empatía por la debilidad aparente del ofensor, pero otros… muchos, de celebración por la violenta resolución del episodio. Una muestra latente de la grieta que empieza a afectarnos como sociedad y de la cual dejamos evidencias claras con episodios como estos.