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martes, 15 de mayo de 2018

Crisis oportunas



El sábado pasado no fue uno más, nos despertamos con una nota periodística donde el director de la Policía Nacional – Mario Layera – atrevió a desnudar de forma descarnada una realidad que lo interpela en primera persona y dejaba en posición incómoda a las autoridades del Ministerio del Interior y al Gobierno. El primer impacto fue duro, fue un golpe directo al mentón que dejó aturdidos a todos. Prontamente despabilados por el golpe, los oportunistas hicieron acopio indisimulado del desliz para sumar otra “cocarda” en su desenfrenada carrera de desprestigio hacia quienes tienen la responsabilidad de dirigir las políticas públicas. Con la ajenidad que les acostumbra -no se hacen cargo nunca de la parte que les compete- apuntaron contra la gestión y hablaron de derrotados. Es que las crisis son también oportunidades para quienes esperan en la comodidad de sus ámbitos de confort a que los hechos ocurran y buscan hacer caudal de esas desgracias; aunque los hechos demuestren luego que no les suma. Por suerte, están otros que hacen de las crisis oportunidades para tomar impulso y forzar los cambios que modifiquen rumbos. Acciones que generen las sinergias necesarias para hacer posible los cambios. Me afilio a esta última opción, no por un interés político sino porque es imperioso que esta crisis se convierta en una oportunidad que permita alinear -de una vez por todas- a todos los actores involucrados en hacer posible el cambio de rumbo...