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miércoles, 31 de agosto de 2016

Ceibalitos uruguayos

No sería un Consejo de Ministros más, y no lo sería porque los protagonistas del mismo fueron niños y niñas -escolares todos- que supieron hacerse de una instancia democrática consolidada en la administración del Presidente Vázquez. Esta vez llenaron la sala con sus reclamos, sin miedo ni vergüenza, alzaban sus manos mientras el murmullo de los maestros al fondo parecía reclamar la misma participación en las aulas. No faltó la crítica posterior que dejaran entrever una organización pautada previamente en esta iniciativa. Seguramente alguno de los chicos tuvo la ayuda adulta para ensayar su reclamo, pero en todos se pudo apreciar frescura y una sincera preocupación por su pedido. Y, por supuesto, esa cuota de inocencia repentina que mereció el aplauso de los asistentes a cada una de las intervenciones. Fueron los dueños del acuerdo, la anécdota simpática y esperanzadora de una generación de uruguayitos que se calzaron el sayo de ser la voz de los que serán dueños del país en poco tiempo más. Son los ceibalitos uruguayos, esos que nos permiten afirmar que hay futuro para el Uruguay.