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martes, 31 de julio de 2018

De audios y de odios

El sonido retumbó en la sala anunciando la llegada de un mensaje; en medio de la reunión se hizo lugar para revisar el celular, imposible evitar esa adicción en estos tiempos que corren. Un grito le bastó para interrumpir a los comensales y llamarles la atención: “¡Tengo el audio de Valdez!” y el silencio fue todo suyo… La inconfundible voz de Julio Ríos se adueñó de aquel ambiente y los vocablos terminados en mente  inundaron el recinto: “Estamos rrrrealmeeeente consternados por la renuncia que nos impactó con-tun-den-te-mente a todos…”, las frases  eran una invitación al olvido de no ser por el plato fuerte que anunciaba el receptor de aquel mensaje. El audio se hizo esperar hasta que al final se escuchó el inconfundible y femenino gemido orgásmico tan viralizado últimamente. Tanta expectativa terminó de la forma menos pensada pero tenía su razón. Por estos días no hay quien no pregunte si tenemos esos famosos audios que llevaron a la renuncia de quien ya se presumía Presidente de la AUF por otros cuatro años. Qué dicen esos audios y, sobre todo, si en realidad existen, han acaparado la agenda de estos días…

Poder o dinero… o las dos cosas

El Uruguay es dueño de un fútbol pobre, un mercado pequeño y poco atractivo como para ser una oportunidad de negocios. Así por lo menos es lo que parece; sin embargo, es todo lo contrario y los resultados parecen demostrarlo. Un país que es Rey de copas a pesar de su pequeñez, se ofrece como un milagro a los ojos del mundo que no se explica cómo es posible que un rincón minúsculo del planeta reúna tantos títulos deportivos en el deporte más popular del mundo.

Pero, ni es tan pobre ni tan pequeño su mercado a estar por ciertos números que se manejan y que explicarían el afán por llegar a ser parte de esa estructura tras la que se mueven tantos intereses.

Es cierto que nos parece inexplicable su existencia cuando vemos canchas desiertas y lo comparamos con algunos sueldos que se manejan en el ambiente (principalmente de los equipos grandes), los que tampoco justifican -por las entradas que venden- la razón de ser de esas escalas salariales. Pero el negocio está en otro lado y hasta no hace mucho tiempo era para unos pocos y no precisamente para los protagonistas (los jugadores). Así lo apreciamos en la previa del mundial cuando los seleccionados celestes se embarcaron en una pelea por los derechos de imagen que llevaron a devolverle los mismos a sus legítimos dueños: los futbolistas.

También es cierto que en tiempos de vacas flacas (y canchas de tierra), el fútbol uruguayo supo tener un mecenas, (Paco Casal), que aportó lo que faltaba y le dio recursos que nadie ponía. Visionario de un negocio que rendía en otras tierras, sabía a la perfección que era cuestión de invertir y pronto vendrían los resultados. La ecuación era sencilla, si mejora el espectáculo hay mayor visibilidad de los futbolistas (se mostrarían en vidriera y se promocionaría la venta), y los recursos empezarían a derramarse… al inversor.

Un fútbol uruguayo que no clasificaba a los mundiales sin embargo se las ingeniaba para promover un fútbol interno -con todas sus dificultades a cuestas- que es digno de elogio y estudio de un máster en marketing. 

Mientras ese tiempo transcurría, se desechaban ofertas millonarias por parte de los clubes que respondían con fidelidad al mecenas que tantas veces les “rescató” de las deudas. Dueños de la historia -la Asociación Uruguaya de Fútbol es una institución privada de la que los clubes son socios- se sucedían contratos que prorrogaban derechos por sumas inferiores a las de otros oferentes hasta que se produjo el cisma con la llegada de los referentes de la selección uruguaya que dijeron basta. Los derechos de imagen fueron separados y devueltos a los jugadores en un “gesto” que dejaba claro que de todo el negocio era el que menos importaba y afectaba a los intereses del principal concesionario.

Una renuncia por TV

El domingo se promocionaba la entrevista al entonces Presidente de la AUF -Esc. Wilmar Valdez- en el programa Punto Penal. Allí en vivo hizo pública su renuncia a la que argumentó en razones personales y familiares que nadie le creyó. Y no le creen porque hasta hace unos días se proyectaba como futuro Presidente de esa organización y -de forma inexplicable- surgió el tema de los audios y la renuncia intempestiva.

Incluso que lo hiciera en el programa del domingo ante Julio Ríos parece fruto de un acuerdo ya que dejó plantado a otro programa el día sábado, como si hacerlo con aquel fuera parte del “arreglo”. Un arreglo que parece comprender la no publicación de esos famosos audios de los que todos hablan y que Ríos dijo haber escuchado sin compartirlo con sus oyentes.

Que acá hay una lucha de poder y dinero no caben dudas, menos aún después de la entrevista del domingo donde el propio Valdez reconoció los montos que percibía de Conmebol y FIFA por su condición de Presidente de AUF (20 y 25 mil dólares respectivamente). Un botín nada despreciable para cualquiera y que explica que, de “honorario”, el cargo de Presidente de la AUF tenía solo el nombre.

Hace unos días el ex capitán celeste -Diego Lugano- cantó las 40 del periodista Tagliaferro en Montevideo Portal y declaró que el fútbol uruguayo genera unos U$S 55 millones de dólares al año. Seguramente esa cifra no sea exacta pero anda en ese entorno. En nota del suplemente Referí de El Observador de diciembre de 2017, se expresaba que “...el número de abonados en Montevideo y el interior de los siete canales de cable... son 731 mil. El paquete premium de fútbol llega a 145 mil, pero hay que agregar 248 mil que están en el interior y tienen fútbol. Si multiplicamos el ingreso que debería tener el intermediario para cada uno de los canales y cada una de las modalidades, este recibe un dinero por los abonados y los paquetes premium. El intermediario podría generar US$ 40 millones".

La nota referida termina comparando lo que se percibe en la región por los derechos del fútbol y Uruguay ocupa el podio… de los que menos recibe:

“Uruguay: US$ 11,6 millones (Tenfield)
  Chile: US$ 50 millones (Alianza ANFP y GTV)
  Argentina: US$ 182 millones (Alianza Turner y Fox)
  Brasil: US$ 265 millones (Globo)
  Paraguay: US$ 15 millones (Tigo Star)
  Colombia: US$ 25,6 millones (RCN y Win Sports)
  España: US$ 1.814 millones (Mediapro y Movistar +)”

El fútbol uruguayo no llena canchas pero sí las pantallas de TV. Y esto es también un mérito de los gobiernos frenteamplistas por cuanto han mejorado el ingreso de los trabajadores que han podido acceder a servicios que eran exclusivos de clases más pudientes. Hoy están masificados los abonos a la TV codificada y allí está el nicho principal de ingresos de un fútbol que no llena estadios pero que lleva el deporte más popular del país a cada casa, en la comodidad de su hogar.

No tengo idea lo que dicen los audios, pero si algo tengo claro es que esto es por poder y por dinero. 

Dos elementos que generan odios, unos odios que parecen estar implícitos en unos audios que algunos escucharon pero que nadie tiene...


el  hombre espera un whatsapp,
el perro le ladró un mensaje...

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