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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Hay Agenda



… pero faltan valores

Lo repiten hasta el hartazgo cada vez que les ponen un micrófono al frente, y la noticia se multiplica recurrentemente en titulares que expanden una falacia que no logra ser desmentida en los mismos términos y condiciones en que fue lanzada. A eso debemos sumarle que el “Gobierno comunica mal” y entonces cerramos un combo perfecto al que no hace falta sumarle ninguna promo adicional. Sin embargo, el axioma de que una mentira repetida mil veces termina aceptándose como cierta se da de frente con la misma receta aplicada por la masa sin cantera de la que hablaba Silvio, (aunque este hablaba de otra maza, o de las dos) cuando esta se encarga de distribuir a lo “radio bemba” (boca a boca), sus verdades. Vaya si tendremos agenda para defender y profundizar tras esta década y media que llevamos como Gobierno, y de eso tratará un poco esta columna. Pero faltan valores, muchos, y algunos tan importantes como para no dejar pasar ni un segundo su incorporación a riesgo de retroceder a tiempos de la explotación del hombre por el hombre en su forma más primitiva. Salvo que se entienda que son otros los valores y que hay que defenderlos a rebencazo limpio o con aquella maza de la que hablaba Silvio.

Lindo pibe

Su perfil de twitter fue cambiado rápidamente; como por arte de magia desapareció aquella imagen partidaria de una corriente nacionalista joven (pero con ideas viejas). Se esfumó tras el rancio comentario que justificaba los rebencazos propinados por un capataz a un peón de estancia que reclamaba su derecho al cobro de horas extras.  Golpes por reclamar un derecho propio, uno de los ítems de esa Agenda que, dicen, carecemos.  Algún ingenuo podrá pensar que fue una equivocación que se arreglaba con un pedido de disculpas pero creo que es algo mucho más grave, es una forma de pensar que cree que un ser humano es dueño de otro ser humano y puede hacer con él lo que le plazca. Es la vil y más humillante expresión de la explotación humana que todavía impera en nuestro país a pesar del logro de la ley de 8 horas para el trabajador rural. Una ley que un candidato joven no recordaba haber votado y argumentó en contra de ella en varias entrevistas, dejando en claro que no toleran que los peones de sus estancias tengan derechos laborales y los hagan valer.

Ese Uruguay de otra época es el que pretenden y defienden los que dicen que no tenemos Agenda. Un Uruguay que vuelva a ser suyo, un bien en propiedad de unos pocos mientras el resto oficia de peonada.

Agenda y pico

A pesar de lo que digan e intenten tipificar como cierto, el Gobierno tiene Agenda y una a la que le quedan muchas páginas más por rellenar, a pesar de los que digan otra cosa. Una Agenda que viene de antes de llegar a ser Gobierno y que ha logrado recomponer la dignidad del salario de los trabajadores, que puso los énfasis en la recuperación económica de un país que venía de la peor crisis de su historia y al que hace mucho tiempo le abandonó ese “viento de cola” fantástico al que atribuyen todo el éxito los que acordaban fórmulas con el FMI o ajustaban -siempre- para abajo.

Desde que el FA llegó al Gobierno se reinstalaron los Consejos de Salarios y con ello se comenzó un virtuoso recorrido que no debemos olvidar ni quitar de las páginas de la Agenda, sino todo lo contrario. Hoy nadie discute la pertinencia de los mismos, el trabajador ajusta por encima de la inflación, el salario rinde cada vez más a los trabajadores y los inversores siguen llegando al país a pesar de los agoreros del desastre que repiten que no hay Agenda ni rumbo cierto. Los inversores extranjeros son “inocentes empresarios que vienen a perder sus inversiones en la tierra de los vivos uruguayos que se aprovechan de su nobleza”, como dijera el Chapulín Colorado (sin alusión al partido de Don Batlle). Ni ahí… ni mucho menos que ahí. 

Cuando en el año 2008 sobrevino otra crisis tras la explosión de la burbuja financiera en los países desarrollados, sobrevolaron las opiniones de los economistas de la derecha uruguaya promoviendo la baja del gasto social y los salarios como forma de hacer frente a ese fenómeno. Lejos de eso, la política del Gobierno mantuvo el gasto social y los Consejos de Salarios, siguió recuperando sueldos y jubilaciones, generando una dinamización de la economía interna que fue uno de los resortes que alejó a la recesión y el país siguió creciendo. Una fórmula uruguaya que terminó siendo recomendación de la OIT de la que no acusaron nunca recibo los que pregonaban los recortes.

Esa Agenda es la que debemos seguir profundizando pero a la que tenemos que defender pues van por ella y por todo lo conquistado para restablecer un modelo privatista de gobernar para unos pocos a cuenta de “todos los muchos”. 

El país hoy tiene una musculatura que no puede perder tono, un sistema integrado de salud que da cobertura a miles de personas que no tenían acceso antes. Los más pequeños -esos que no votan pero que son el futuro del país- siguen sumando beneficios en salud y formación (programas Ceibal, Salud Bucal, Ocular y Auditiva) dan cuenta de esa Agenda que dicen que no tenemos.

Toda la Agenda de Derechos -los logrados y los que faltan todavía- hacen parte de las hojas llenas y a completar de esa nómina que debemos defender.

Con la B de Bicho

El Bicho Bonomi estuvo en la Coordinadora B para hablar de política, y fue enfático en negar la falta de Agenda. El programa del Frente Amplio es un programa que va más allá del próximo período electoral, “no está pensado para el 2020 sino que apunta mucho más para adelante”, expresó a los militantes. Por esa razón, “estamos continuamente acercándonos (a sus objetivos) … no tenemos un programa que logra las cosas y chau, sino que está continuamente acercándose a lo que nos proponemos”, remarcó. Y remató diciendo que “eso está bien… lo que no está bien es que cuando llegamos acá, inmediatamente decimos: ahora hay que ir para allá… Festejemos un poquito lo que logramos, tengamos satisfacción de las cosas que hacemos”, en clara alusión a esa ansiedad manifiesta muchas veces que nos aleja de los logros para imponernos desafíos de otros que pueden ser legítimos pero que afectan al reconocimiento colectivo de una gestión de Gobierno que vino a cumplir lo que prometió.

“Fortalezcámonos con lo que hacemos, pisemos fuerte y sigamos de largo”, repitió para remarcar que hay que seguir poniéndose objetivos pero dándose tiempo para apreciar lo hecho, pues de lo contrario estaremos siempre insatisfechos y con la sensación de no estar haciendo nada, cuando lo cierto es absolutamente lo contrario. 

“Los logros los tiene que comunicar el Frente Amplio no solo el Gobierno”, afirmó el Bicho, para quien “el FA gana si hace las cosas bien”, en alusión a los tres procesos electorales que ya acumula y de los cuales fue con cierta holgura la primera vez en primera vuelta, y con segunda vuelta en las dos siguientes, manteniendo las mayorías parlamentarias en todas.

De aquel susto que despertó al mamado a estos tiempos algo cambió y no es otra cosa que la sensación impuesta por una oposición que no resiste un cuarto gobierno y van por todo. Empujados por una región que mantiene al Uruguay como una isla entre dos potencias que han virado radicalmente, ya piensan que el cambio es una cuestión lograda. No saben que hay una fuerza oculta y silenciosa que no necesita seguir la curda y más temprano que tarde empezará a rodar para defender una nutrida y abultada Agenda que no tiene fin. Es la militancia de esa fuerza constructora de la que hablaba el Gral. Seregni, esa que comienza a despertar para defender las conquistas que disfrutan los que no nos votan. Esos -futuros hombres y mujeres- a quienes les debemos la construcción de un mejor país para vivir.

Hay Agenda, ténganlo claro… y vamos por más.


el hombre tachaba un logro,
el perro ladraba reclamando otro...

1 comentario:

  1. Muy buenos los conceptos de tu articulo y muy buenos los de "Bicho. Creo que estan haciendo todos un gran trabajo.,(Y no te preocupes si no son muchos los que lo reconocen porque a nuestros compañeros les cuesta mucho reconocer los meritos de los demas) Abrazo

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