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lunes, 2 de octubre de 2017

Doble discurs

(Imagen tomada de las redes)
¿Cómo se vuelve después de una decisión como la que tomó el Presidente español contra los catalanes que no hacían otra cosa que ejercer un derecho como el voto? Y más precisamente ¿cómo se justifica esa actitud represiva respecto a lo que él mismo se encargó de denunciar sobre Venezuela, con la brutal diferencia que en Venezuela aún cuando la Constitución no lo permitía se habilitó a la oposición a hacer una consulta? Que bien vendría aquí la célebre frase del Rey Juan Carlos pero esta vez aplicada a su compatriota: Rajoy, ¿por qué no te callas?



Votar es un derecho

Claro que lo es y a nadie puede caberle duda al respecto. Aún sin entrar al detalle de su legitimidad, es impresentable que se acuda a la fuerza represiva para impedir ese ejercicio de forma tan dura. Y lo que es peor aún es ver y denunciar la paja en el ojo ajeno  y no reparar en la viga que tiene el propio. Porque Rajoy reclamó hasta el hartazgo contra el régimen de Maduro y su postura frente al reclamo opositor, y sin entrar a defender el régimen bolivariano es necesaria la comparación pues aquel régimen dictatorial según el Presidente español, no solo permitió la votación a los opositores sino que se trata de un gobierno legítimamente establecido por el soberano a través de las urnas, esas que requisó de forma detestable la policía española este domingo 1º de octubre en Cataluña.

Con una población que ronda los 7 millones aproximadamente, los resultados oficiales muestran que votaron unos 2 millones y medio, a los que deben sumarse las voluntades requisadas por el despojo policial de urnas lo cual elevaría la cifra en unos 800 mil votos más, aproximadamente. Un dato que además juega a favor de los independentistas catalanes a estar por los porcentajes de la histórica votación con más del 90% por el SI.

Tan es así que el voto es un derecho que el propio Rajoy, en el año 2006, reclamaba un referéndum para Cataluña diciendo que “no podemos imaginar que un gobierno democrático se oponga y la rechace; derribaría por los suelos todas sus proclamas sobre el diálogo...”. Pues bien, se olvidó y no necesitó imaginarlo, simplemente lo hizo*

Acá no se trata de defender al grupo político de turno en el poder, sino de otra defensa mucho más trascendental y que nos toca a todos en este mundo globalizado. Se trata de defender la mejor forma de gobierno que se ha dado el hombre en toda la historia (aún con sus defectos) como es la democracia, donde el soberano se expresa por el voto y no por la fuerza de las armas.

Además si un día vale la consulta como instrumento de decisión, ¿por qué no vale hoy?

¿Por qué no te callas?

Nadie resiste un archivo y el Presidente español no sería la excepción ni mucho menos. Lejos de llamarse a silencio fue un duro portavoz de la corriente internacional que tomó posición ingerencista en Venezuela reclamando para aquella lo que no aplica en su península. Semejante doble discurso rayaría el ridículo si no mediaran las más de 800 personas víctimas de la violencia policial con algún herido de consideración que por estas horas se conoce. 

Lo que no pudieron doblegar fue la inmensa voluntad independentista que si antes tenía adeptos hoy suma propios y ajenos en una corriente internacional de repudio a los actos de represión pura y dura que padecieron simples ciudadanos por querer ejercer un derecho irrenunciable como el voto.
Si algo de legitimidad tenía la posición del gobierno español, la perdió de forma irrremediable con la decisión de reprimir por la fuerza intentando evitar el ejercicio del derecho cívico de los catalanes.
Rajoy dejó archivos que comprueban que sus opiniones responden a otras causas y no a la Constitución o la Ley. 

En el año 2006 opinó según le convenía entonces y reprimió según le convino hoy a cartas vistas de lo que ya anticipaba como resultado. Poco le importó -también-  lo que había expresado entonces cuando el protagonista era Venezuela, pero cuánto le cabe aquella expresión real usada contra el extinto Hugo Chávez.

España deberá resolver sus problemas entre españoles, pero el mundo tomó debida nota del “doble discurs”.


el hombre portaba un voto,
el perro gruñía una protesta...

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