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miércoles, 9 de marzo de 2022

El SI, el NO y el tamaño del pulmón

La contienda electoral del próximo 27 de Marzo está tomando una temperatura no deseable y desnudando una realidad que la emparenta con las hinchadas. Es que se ha polarizado de tal forma la instancia al punto que se toma posición cual si se tratara de un partido de fútbol con el agravante de incluirse esa cuota de violencia irracional que excede cualquier argumento a favor o en contra de la opción que se defienda. Comportamientos extremos que se asemejan a los que identifican a las barras bravas tristemente célebres por episodios que nadie pensaba pudieran trasladarse al terreno de la política. Porque en ese espacio, al menos hasta ahora, se manifestaban expresiones de cierta racionalidad que acompañaron siempre las posiciones ideológicas de cada sector. La batalla de ideas parece que cedió terreno a los violentos y por ese peligroso camino vamos hacia una instancia donde los uruguayos seremos legisladores por un día manifestándonos a favor o en contra de 135 artículos de una ley de urgente consideración. Hasta entonces, todo parece indicar que habrá que definir el tamaño del “pulmón” que separe las “hinchadas” y poder evitar que las “barras” se crucen. ¡¡A lo que llegamos!!

Una calle de por medio

Hace pocos días el tamaño del “pulmón” fue una avenida, ya que esa fue la decisión que le impusieron a una señora de 88 años que tuvo la osadía de expresar su opción política de forma pacífica frente a una caravana de manifestantes que se expresaban por la contraria. Desde el arranque era una lucha de “barras” despareja, (cientos contra una), que no impidió que –también de forma despareja- acudieran 2 patrulleros con 6 policías a tomarle datos, interrogarla sobre su comportamiento y trasladarla contra su voluntad a la vereda donde siguió manifestándose sin representar el “peligro” que los llevó a intervenir de manera “eficaz” y “repentina”.

Lo que podría haber sido una linda escena de esta democracia plena que nos jactamos de ostentar, se convirtió en una triste anécdota que mancha la ya no tan plena democracia que decimos gozar y que seguramente –por episodios como ese- veremos devaluada en próximas mediciones.

Entonces, me vuelve la imagen de aquella figura del “pulmón” para separar las hinchadas y la idea de los operativos policiales en ocasión de partidos de alto riesgo (como se han convertido los partidos clásicos entre Peñarol y Nacional). Operaciones estratégicas que se diseñan con la finalidad de evitar un mal mayor ante lo que han venido siendo en las últimas décadas, los episodios de violencia en el fútbol uruguayo. Cual si fueran verdaderas barras bravas hay que evitar que se crucen, que se manifiesten libremente, porque de hacerlo se producen situaciones de agresión verbal y hasta física como las que ocurrieron hace pocos días con militantes en Treinta y Tres, ante la pasividad policial; ó la que sufrió una octogenaria simpatizante del SI, días pasados. En ese estado de situación vamos avanzando sin que surjan señales claras que alienten a bajar los decibeles y apaciguar los ánimos, para defender lo más caro que tenemos hoy: nuestra democracia.

Los mensajes que se emiten desde las autoridades no ayudan mucho. El Director de la Policía Nacional diciendo a los Jefes que “así vean que estén pintando de rosado el caballo de Artigas en Plaza Independencia… no intervengan”, da cuenta de un sesgo discrecional pues pudiendo hablar de ambas opciones tomó partido por una sola para ejemplificar. Uno puede pensar que sobrentendió que no se interviene si las acciones tienen color celeste, por ejemplo.

Del mismo modo, la asistencia del Ministro a una manifestación enfrente al Juzgado de Durazno donde se sustancia el juicio oral contra dos policías por su intervención en una acción que derivó en la muerte de un joven motociclista, son una pésima señal de injerencia sobre el Poder Judicial que mereció el rechazo de la Asociación de Magistrados y lo expone a acciones que evalúa la oposición por estas horas.

Uno puede entender que la gente se comporte como hincha, pero a quienes tienen responsabilidades públicas (y nada menos que la de gobernar un país), no se le puede permitir tamaño exceso. Es una exposición innecesaria que debilita nuestra democracia y la que no se puede permitir bajo ningún aspecto.

Donde no hubo necesidad de pulmón alguno fue en una multitudinaria marcha que se dijo partidizada desde el oficialismo pero que los hechos mismos echaron por tierra de forma contundente. Una verdadera marea violeta dejó en claro que la marcha del #8M mantuvo su propia identidad y quienes pretendieron minimizarla atribuyéndole intencionalidad político-partidaria, quedaron en incómoda posición y absolutamente desairados. 

El camino emprendido por el oficialismo para defender su posición no solo en la instancia del referéndum próximo sino desde que asumió el gobierno, ha sido la de instalar una brecha entre quienes piensan diferente o no hacen parte de su electorado. Olvidan que gobiernan para todos y no solo para quienes les votaron, y en esa línea alientan la separación, la grieta que tanto daño está haciendo en otros rincones no muy lejanos al nuestro.

No será el tamaño del pulmón lo que permitirá encontrar una solución a los problemas de los uruguayos, no será separando a la gente la mejor forma de encontrar la pacífica convivencia. Mucho menos usando la fuerza pública para hacerlo (por acción o por omisión). 

La democracia se consolida con más y mejor participación, con garantías para que todos podamos hacer uso libre y soberano de nuestro derecho a manifestarnos, sin que nada ni nadie nos indique como hacerlo. 

La democracia no necesita de otros “pulmones” que no sean los que nos permitan gritar fuerte y claro nuestras ideas.


el hombre respiró hondo,
el perro ladró en defensa propia…  


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