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martes, 23 de junio de 2020

Tosa, lo estamos grabando

En pleno siglo de las comunicaciones que nos graben una conversación telefónica no es algo nuevo, están al alcance de un simple clic pero de ahí a que sea un procedimiento legal hay un abismo. Por ello, la viralización de un audio protagonizado nada menos que por la Vicepresidenta de la República, no pasó desapercibido y levantó más dudas que certezas, muchas de las cuales se incrementarían luego con las pretendidas aclaraciones. Si se trató de un alarde de poder por parte de la Vicepresidenta, la maniobra fue desafortunada por varias razones pero quizás la principal sea que la misma debió derivar a la Justicia antes que intentar resolver por sí misma lo que no estaba en sus facultades solucionar. Además de resultar de una discrecionalidad inadmisible en tanto si todos somos iguales ante la ley, todos tenemos el mismo derecho a ser tratados por igual de parte de nuestros gobernantes, sin distinciones de ningún tipo. Por otra parte resulta gratificante ahora que por fin reconozcan lo que siempre afirmó Bonomi respecto a las interceptaciones telefónicas en ocasión de tratarse el sistema El Guardián, salvo que lo hacen ignorando toda mención a aquel y contradiciéndose con lo que afirmaban antes cuando eran oposición. Un poco de humildad republicana no vendría mal en estas horas donde sin que nadie se los pidiera y mucho menos se los incitara, se ven envueltos -por actos propios- en un episodio lamentable en el que se dejaron más dudas que certezas sobre las libertades de todos los uruguayos.


Más oscuros que claros

Tras la viralización del audio y un primer intento por relativizarlo a una conversación del ámbito privado, la vertiginosa divulgación del mismo y el tenor de lo expresado en los más de 9 minutos de conversación, hicieron del tema un asunto relevante. Y para rematar una suerte de desafortunados pasos de la Vicepresidenta en materia comunicacional, sus dichos posteriores, lejos de aclarar generaron más incertidumbre a estar por las contradicciones que fue sumando en cada una de sus salidas hasta el comunicado final que dio a conocer tras la declaración de la bancada de Senadores del Frente Amplio.

Un comunicado que debió trasladarse al seno de los coordinadores de bancada cuando se reunió con ellos para, de esa forma, ahorrarse inconsistencias y lograr unidad declarativa. Por lo menos así lo entendió la bancada de Senadores del Frente Amplio, para quienes "hay muchas dudas… Si se analiza el primer audio se habla de un sistema de escuchas y una llamada a otra persona. Cuando habla con la prensa, se refiere a hackers que podían escuchar las llamadas y ayer se refiere a llamadas grabadas en su celular y no se menciona a los hackers. Existen dudas", afirmó el senador Carrera, Coordinador de Bancada del FA a Montevideo Portal.

En otro orden, “el affaire Cristino” intenta ser aprovechado para disipar todas las dudas que sembró la Vice con su llamada referente a supuestas escuchas ilegales. El tema lo introdujo la propia Esc. Argimón con sus dichos – que hasta pueden interpretarse como una amenaza- al deslizar que “todo queda grabado”. Allí mismo surge la pregunta de saber dónde quedan esas grabaciones y por orden de quién, pero por suerte salió a tiempo (¿?) el ministro Larrañaga para disipar todas las dudas. Claro que lo dice ahora, usando las mismas respuestas que antes supo cuestionar a Bonomi siendo oposición (hasta fue motivo en una interpelación donde otro miembro del gabinete actual se dijo espiado por el Ministerio del Interior de la época). Empiezan a caerse por su propio peso las duras e inconsistentes críticas de entonces, y lo hacen de boca de los principales detractores de una gestión que les dejó las tecnologías que hoy utilizan para defender a una Vicepresidenta que cometió –por lo menos- un grave exceso verbal.

La discrecionalidad con que trató el tema también genera dudas, porque da cuenta de una suerte de hijos y entenados según de quien se trate (“con Fernando no, yo me ocupo…”), algo que puede interpretarse como un tratamiento desigual por la vinculación que pudiera tener con dicha persona o –lo que sería aún más preocupante- por el tenor de lo que podía estar denunciando el interpelado, que motivó la llamada personal de quien ostenta la segunda investidura del país. Asimismo, ese punto, el de las investiduras, hace que el asunto salga de la órbita privada una vez que se hizo pública la grabación, por tratarse de quien se trata y por los temas que introdujo en la misma.

A muchos nos preocupa que se denigre la figura de nuestro Presidente, no ya porque se lo roce siquiera con un consumo problemático de drogas sino por ser quien es y porque de él dependemos todos los uruguayos en gran medida. La sola mención en boca de la Vicepresidenta del tema del “dealer de Luis”, me llena de preocupación por el manoseo institucional que se pueda estar haciendo de nuestro Presidente, el de todos los uruguayos.

Se habló de escuchas ilegales, ordenadas por no sabemos quién, gente que luego actúa y de los que se salvó Cristino por la intervención de la Vicepresidenta; se habló de extorsiones que recibe Presidencia a diario; se habló que todas las llamadas, todas van directo a…; entre otros temas que generaron una serie de interrogantes que no pudo ni supo aclarar convenientemente la Vicepresidenta. No ya a los legisladores, sino al soberano, ese que les otorgó un mandato y al que deben rendir cuentas siempre.

La bancada de Senadores del FA no se dio por satisfecha con las aclaraciones y someterá el audio a la Fiscalía, porque si algo no puede quedar en duda es la institucionalidad uruguaya, esa que goza de prestigio y acumula una larga tradición que es imperioso proteger. Para ello, un tercero imparcial que eche luz sobre el tema será una contribución que reforzará nuestra democracia despejando todas las dudas que quedaron sobrevolando en un audio que se hizo viral…

el hombre atendió una llamada,
el perro ladró desconfiado…

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