Traductor

domingo, 31 de marzo de 2019

Cambalache electoral

Fuente imagen: clubniva.com
Seguramente Enrique Santos Discépolo no imaginó la trascendencia que alcanzaría su famosa creación del tango “Cambalache”. Aquella visionaria letra, inspirada seguramente en una realidad que lo interpeló a escribirla, adquiere una vigencia tal hoy día a la que no escapa la otrora “tacita de plata”,  inmersa en los albores de una campaña electoral que empieza a teñirse de imágenes y situaciones dignas de “Discepolín”. Si bien sabía que el mundo fue y será una porquería, seguramente nunca imaginó que la política uruguaya -en pleno Siglo XXI- pudiera compararse con aquella realidad tan magistralmente reflejada por su puño y letra… o tal vez sí. Lo cierto es que hoy revivimos ese himno del tango rioplatense para representar la parte más baja y rastrera de una clase política que apela a viejas prácticas donde lo que menos interesa es cuidar la imagen y hacer un ejercicio de alta política pensando en el interés de las mayorías. Bienvenidos al cambalache electoral uruguayo… de los mismos de siempre!


Hablame de colcha de retazos

Muchas veces -para referirse a la mayor fuerza política del país- han apelado a la metáfora de la colcha de retazos, como si con ello ofendieran a los que orgullosamente nos sentimos parte de la misma por ser retazos a los que nos une la fraternidad en la diversidad, algo que no sabrán nunca lo que significa y -mucho menos- podrán aplicarlo, como viene demostrándose en los lamentables episodios que se manifiestan en este inicio de etapa pre-electoral uruguaya.

Los que así nos han calificado, pretendiendo relativizar la grandeza de la mayor coalición política del país, han caído en el fango de prácticas políticas reñidas con toda ética y donde manda “don dinero”, en una clara muestra del verdadero y único interés en la contienda. Un interés personal que anteponen a cualquier otro y que queda demostrado con las políticas de alianzas que esgrimen, las que desnudan traiciones y acomodos inexplicables para el común de la gente. 

Ser un empresario exitoso no es sinónimo de ser un buen político ni mucho menos, pues puede serlo en el ramo en el que se desempeña pero eso no asegura que traslade su éxito a la actividad política, donde se supone se trabaja para “la pública felicidad” y no para el ego personal del candidato/a. Así parecen confirmarlo los últimos acontecimientos sufridos por el Partido de la Gente, que si sigue como viene marchando pronto deberá cambiar su nombre ya que “la Gente” se le está yendo o es invitada a retirarse.

Aquello de “billetera mata galán” podría aplicarse en las relaciones sentimentales, (algo discutible en estos tiempos que corren), pero en política aplica, por lo menos en cierta parte de la política uruguaya. Así lo demuestran los últimos acontecimientos ocurridos en el Partido de la Gente y hasta en el Partido Nacional, donde sobrevinieron cismas y cambios de filas en las que el incentivo económico estuvo presente según lo reconocieron los mismos protagonistas.

Pero, cuando los billetes se terminan si no sos galán estás frito; es decir que si no estás convencido de lo que predicás, entonces lo mejor es retirarse. Porque esa cuestión de piel, (o de pinta), sólo puede ser factible cuando hay propuestas y son estas (y no los billetes), las principales razones que permitan acumular fuerzas y voluntades.

Así es que existen otras colchas, hechas de remiendos y con poca hebra en sus costuras, que no llegarán nunca a parecerse a la nuestra .Porque para ser una verdadera colcha de retazos se necesitan lazos fuertes que los únan y no bastan simples billetes, porque esos se acaban algún día y cuando se terminan, no queda nada, solo traiciones y abandonos, como lo están demostrando ahora. 

El Partido de la Gente bien podría llamarse solamente “El Partido de Novick”, pues empieza a desflecarse y quedándose solo, como lo reflejan -aún con sus debilidades- las mismas encuestas que ellos compran.

Pero no solo Novick sufre esas consecuencias, la novel alianza electoral de Mieres – La Alternativa- atraviesa su primera crisis de confianza a pocos días de su lanzamiento. Una crisis que bien puede ser una herida de muerte pues no cayeron nada bien las expresiones de su vicepresidenta -Selva Andreoli- en el programa Desayunos Informales de Canal 12, sobre su votación en un posible ballotage en octubre. Aún con las aclaraciones posteriores, el hecho de aquella respuesta incomodó al presidenciable compañero de fórmula que estaba a su lado y puso en duda la continuidad del proyecto. Algo que se confirmó el último domingo de marzo tras la convención del Partido Independiente que decidió romper con La Alternativa, es decir que lo que podía ser no llegó siquiera a serlo (se entiende ¿no?)

Y la frutilla de la torta se la lleva la candidata de los evangelistas, con el coqueteo iniciado con Sartori (otro que mata galanes con su abultada billetera). El acaudalado candidato se pavonea cual Isidoro Cañones por la campiña electoral uruguaya mostrando su plástica sonrisa sin mayores atributos políticos que su intención de venir a probar suerte como si ser Presidente del Uruguay fuera otro de los negocios que se propone en su vida.

Mientras ese playboy uruguayo crece en las encuestas, el Guapo sufre el revés de la negativa -otra vez- de alguien de su propio retazo que no acompaña la reforma constitucional. Por más que grite y vocifere con que se siente Presidente de los uruguayos, su camino está cada vez más empedrado y complicado merced a los billetes de Sartori que se le empieza a arrimar y promete superarlo antes de llegar al disco.

Que la cuenten como quieran, pero piensen si esto no es un escenario digno de aquel cambalache descrito por Discépolo. Por este tipo de prácticas es que la gente se cansó de creerles, por esto es que dejaron de ser los dueños del Uruguay; por esto es que aquella colcha de retazos se hizo fuerte y marcó las diferencias con otra forma de hacer política.

Mientras tanto, la contienda electoral avanza y el nuevo gobierno empieza a construirse con la gente y para la gente, esa que -seguramente- renueve por cuarta vez consecutiva su voto de confianza en aquellos retazos convertidos en colcha por esa hebra programática que los une. 

Mientras la oposición muestra su verdadero rostro, y se desfigura al hacerlo con estos desaguisados impresentables de acomodos y traiciones, los candidatos del Frente Amplio se muestran unidos en su diversidad de propuestas y sea cual sea el que gane, ya sabe que cuenta con una fuerza que lo respaldará para llevarlo a octubre como el presidenciable de todos.

Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé… pero que con el Frente Amplio lo estamos cambiando, no deja de ser una hermosa realidad para este rinconcito de América Latina.




el hombre puso Clarín,
el perro gruñía una melodía...


No hay comentarios:

Publicar un comentario