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lunes, 7 de mayo de 2018

Ni vencidos ni vencedores


“Ganamos 75 a 73”… No, no es el resultado de uno de los partidos por los play off de la Liga Uruguaya de Básquetball, así comienza uno de los varios tweets que la senadora Constanza Moreira escribió mientras se realizaba el Plenario del Frente Amplio donde se discutía la aprobación del TLC con Chile y el TCP (Tratado de Cooperación en Patentes). Cual si fuera un partido cuyo resultado había que andar camiseteando, la Senadora eligió la red social del pajarito para ir anunciando los resultados de una discusión donde si algo no debía aparecer nunca era la visión de vencidos ni vencedores. Como se dio cuenta de ello corrigió aquel “ganamos” publicado reconociendo que no era una alusión a nadie en particular sino referido a la moción que ganó. La aclaración resultó peor pues dejó claro el exitismo con que fue escrito. Los perfilismos no son buenos compañeros y menos si de lo que se trata es de seguir creciendo colectivamente como la fuerza real de los cambios...

Uruguay en el mundo

Nuestro pequeño país conoce de gestas heroicas que históricamente han hecho parte de su idiosincracia. Una cruzada libertadora al impulso de escasísimos 33 orientales o la hazaña de Maracaná con 11 leones enfrentados a más de 200 mil voluntades y contra todos los pronósticos. En la historia reciente, podemos afirmar que también es hazañoso mantener década y media de continuo crecimiento, siendo objeto de admiración y estudio internacional por ello.

Sorteados los años oscuros de la dictadura, que nos trajo crisis económicas profundizadas al extremo por la ausencia de las libertades individuales, con el retorno de la democracia debimos seguir sufriendo los coletazos de una política económica mundial que se nos imponía sin remordimientos.

Los ajustes económicos eran regla de una economía dependiente de lo que dictara el Fondo Monetario Internacional; nos vendieron la idea del país de servicios donde se abrió espacio a la especulación financiera para ser refugio de capitales golondrinas que al primer estertor nos abandonarían sin pudor.

Una economía dependiente de los países vecinos, obligada a dejarse avasallar por economías que solo repartían sus excedentes para que Uruguay se sirviera de los mismos; o, lo que resultó peor, pasamos a ser bóveda preferida para mantener a resguardo sus dineros sin ningún valor agregado que llegara al bolsillo de los trabajadores uruguayos. Esos eran los servicios financieros que se complementaban con una legislación afín a lo que luego nos haría merecedores de integrar la lista negra de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el año 2009. 

Toda una ingeniería legal montada para proteger la evasión tributaria, es una piedra en el zapato para un país que se precie de ser serio y el mundo empezó a cobrarnos tal circunstancia. 

Con la llegada del Frente Amplio al gobierno, se comenzó a desmontar esa ingeniería donde las sociedades anónimas financieras de inversión (SAFI), eran un elemento de debilidad a la hora de blindar las actividades económicas para ponerlas a resguardo de acciones delictivas como el lavado de dinero. En el año 1999 la Auditoría Interna de la Nación comprobó la creación de más de cuatro mil de estas sociedades contra unas dos mil sociedades anónimas comunes, hecho que puso al país bajo la lupa de los organismos de control internacional. 

Concomitantemente sufrimos el corte de los puentes internacionales con Argentina y parecía que el viento de cola -al que dan como causa principal de una economía en crecimiento continuo por más de una década- se nos ponía de frente. 

Pero no contaban con el impulso de un gobierno decidido a cambiar la pisada y dar vuelta la página de forma duradera. Así comenzó un intenso y prolífico período de expansión de mercados, ampliando las fronteras comerciales más allá de la región mientras internamente se procesaban también cambios en el mercado interno con la mejora del salario real de los trabajadores a impulso de los Consejos de Salarios plenamente consolidados al punto de ser un sello de los gobiernos frenteamplistas.

Sin vencidos ni vencedores

Si será importante entonces el tratamiento que hagamos de un tratado que permita seguir el rumbo de inserción internacional impulsado por el gobierno frenteamplista, nuestro gobierno. Por eso no se entiende mucho tomar este tema como una forma de marcar perfil y “camisetear” con el mismo a riesgo de generar discusiones que hieran lo más preciado del partido que nos representa a todos los frenteamplistas y que es la unidad en la diversidad.

No entiendo esa avidez por demostrar en redes sociales lo que se discute en la interna de un plenario que trata un asunto de tal importancia a pedido de nuestro Presidente. Encima sin que fuera necesario hacerlo ya que este punto nunca formó parte del programa de gobierno del FA. 

Menos aún si su incidencia representa un bajo porcentaje de impacto y agrega muy poco ya que “un 85% del comercio con Chile está liberalizado” (diputado Alejandro Sánchez a Radio Carve el pasado 1º de mayo). Poner en riesgo la unidad frenteamplista parece un precio demasiado caro.

Seguramente no haya sido esa la intención, pero además de ser hay que parecer  y -fundamentalmente- reparar que hay quienes esperan cualquier motivo para fomentar la división de la fuerza de gobierno que debería estar preparándose para consolidar un cuarto período. 

Fue a todas luces una temeridad innecesaria poner en duda el acuerdo básico de la fuerza política, donde el consenso es la herramienta principal que permite mantener intacta la unidad en medio de esa rica diversidad ideológica que nutre al Frente Amplio. 

El proyecto político sigue vigente y es necesario profundizar los cambios en un escenario donde las necesidades han cambiado porque el país es otro. Sin desconocer que hay inconvenientes que sortear, no podemos dejar que el proyecto se caiga y eso solo será posible si seguimos siendo aquella fuerza constructora de la que hablaba el Gral. Seregni. 

Viva el Frente Amplio!!

el  hombre gritó un doble,
el perro se tapó el hocico de la vergüenza...

1 comentario:

  1. En las internas, el discurso era mujer vota a mujer.En las municipales votó al candidato hombre. (bipolar?)

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