Traductor

lunes, 11 de septiembre de 2017

El día después

Pasó el temporal, las ramas esparcidas por las calles dan cuenta del intenso vendaval que tuvo en vilo al país. La alerta naranja rige por ahora y el agua no cesa de caer. No es Irma -el huracán- pero yo le llamaría “Irmita”, unos cuantos escalones más abajo que aquel pero suficiente como para desestabilizar a este pequeño rincón del mundo. Ese temporal pasará y vendrá luego la calma con el Pampero que hará lo suyo para dejar limpio y celeste el cielo oriental. Así fue, también, el Plenario del Frente Amplio, un temporal advertido con alarmas que tuvieron niveles altos como el clima y sin embargo no llegó a ser huracán. Ya quisieron los de afuera que lo hubiera sido, pero no contaban con la impronta frenteamplista, esa que revindica el valor de la ética por encima de cualquier otro interés personal. El principal protagonista de esta historia hizo honor a ese valor renunciando a todo, sin reservarse nada, haciendo lo que muy pocos serían capaz de hacer. El día después queda algo mucho más valioso, el día después quedó la dignidad...

Los de afuera son de palo

Hoy se escucha a muchos opinar sobre el alcance de la declaración del Plenario del FA que no tomó posición sobre el dictamen del Tribunal de Conducta Política ni resolvió sanción alguna sobre Sendic. Sin embargo poco o nada dicen de lo que asume el propio Sendic con ese renunciamiento.

Nada menos que enfrentar -de aquí en más- todos los cuestionamientos y denuncias que se le han imputado, sin fueros, algo que muy pocos (por no decir ninguno) de los que le critican desde la seguridad de una banca, estaría dispuesto a hacer.

Esa decisión, ese renunciamiento al todo o nada que ha hecho el vicepresidente, le asigna una estatura que muchos dudábamos y que hoy debemos reconocerle. Eso se llama dignidad y hacer de la ética un valor irrenunciable al punto de dejarlo todo ante la duda que se instaló sobre su conducta. Aceptar -por la vía de los hechos- que cuando hay un cuestionamiento ético debe asumirse el error.

La renuncia que hiciera al pleno de la fuerza política -organismo representativo del soberano frenteamplista- es una decisión valiente que agranda la estatura tan denostada de Raúl últimamente. 

Se cuestiona la falta de pronunciamiento por el pleno, una decisión que incluía la inhabilitación para cargos electivos, algo que queda minimizado ante su decisión de renunciar a todo tal cual fuera otorgada. Eso es asumir un costo aún más alto que el que pudiera haberle dado el pleno pues le expone a enfrentar todo de lo que se le acusa sin los fueros parlamentarios, como el más común de los orientales. Esa actitud por sí misma devuelve dignidad al protagonista y solo resta esperar lo que determine la Justicia. 

Podría decirse que la renuncia no hizo más que poner a resguardo al Plenario  sobre una sanción que no se correspondiera luego con lo que determine la Justicia, en el caso que no se encuentre mérito para inculparle. Más allá de la falta ética cometida, el renunciamiento oficia de sanción auto infligida, restándole mérito a lo que pudiera proponer el pleno.

Los vecinos, las declaraciones

Raúl Sendic fue duramente cuestionado por el Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio por una suma aproximada a los U$S 2.000 (cifra que se conforma por compras no justificadas con la tarjeta corporativa de ANCAP). A estar por casos de corrupción revelados en los países vecinos de Argentina y Brasil, estamos lejos bien lejos. Allí -por ejemplo- un convento de monjas ocultaba millones de pesos producto de coimas; y en Brasil, gracias a la delación premiada se obtuvo información que permitió recuperar otros tantos millones de reales -expuestos en plaza pública- provenientes de coimas que involucran a políticos de todos los sectores, sin excepción. 

No es cuestión de justificar lo hecho por Raúl, pero darle dimensión en números es de orden para diferenciar los casos donde -a todas luces- si algo no existió fue un enriquecimiento. De todos modos, los errores se pagan y cuando estos suponen una falla ética, por lo menos para la fuerza política Frente Amplio, no hay escala ni monto que la determine. 

La renuncia de Sendic dejó a muchos en posición incómoda, pero habla bien de quien asume su error y realiza un acto de desprendimiento que muy pocos harían seguramente. 

Por otra parte no faltaron las declaraciones de la oposición aunque hay que reconocer que con grandes y resonadas diferencias. Mientras el Partido Nacional salió al cruce hablando de una “crisis de gobierno”, el Partido Colorado, dando una clara muestra de sentido común y cultura de gobierno negó tal crisis y llamó a este “a concentrarse en los problemas nacionales”. Otros como el líder del Partido Independiente manifestó que hubiera preferido que Sendic fuera sancionado, en una infeliz intromisión sobre asuntos de otro partido.

El día después nos dejó un sabor amargo porque nadie quería este desenlace, pero también nos deja el orgullo en alto por cuanto sigue vigente la mística frenteamplista que hace de la ética un baluarte irrenunciable y un intangible propio de esta “fuerza constructora, obreros de la construcción de la patria del futuro”.

el hombre daba un paso al costado,
el perro ladró un saludo compañero

No hay comentarios:

Publicar un comentario