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viernes, 9 de junio de 2017

El camino sigue siendo la recompensa


La celestita no pudo alcanzar el sueño largamente postergado de ser campeona mundial, sin embargo el recorrido sigue siendo la recompensa de la que nos hizo mención de forma magistral el artífice de un proceso que hoy critican muchos desagradecidos. Nadie se acuerda ahora del ostracismo futbolístico de los años 70, 80 y 90 hasta que llegó la década virtuosa que arrancó en 2006 con el Maestro Tabárez al frente de la selección nacional. Un puesto que supo ocupar pero al que le acompañaron otras circunstancias que aseguraron el hazañoso recorrido no solo del seleccionado mayor sino del resto de los combinados nacionales juveniles que hicieron posible la presencia en torneos mundialistas como ningún otro país consiguió en la región. Algo similar ocurre con las críticas hacia el Gobierno del FA que son más estridentes en los titulares de la prensa y en las redes sociales que en el llano ciudadano que todavía decide elecciones sin caer en cantos de sirena. Salen despavoridos a buscar a los “desencantados del FA” con la salvedad que muchos de ellos nunca fueron del FA ni son desencantados, son desagradecidos que olvidaron rápidamente como estaban durante los gobiernos de los partidos tradicionales, lograron un estado de bienestar gracias al FA y ahora piden más como si la canasta de reparto fuera una fuente inagotable de recursos. 


Orgullosamente celestes

Los madrugones fueron la constante durante el camino iniciado por “la celestita” como han dado en llamar al combinado juvenil sin importar la categoría, por más que la sub 20 es la inmediata inferior a la mayor.

Si algo quedó de manifiesto es que la cantera de virtuosos jugadores de este milagro existencial de fútbol y “ainda mais” que es Uruguay, no para. El recambio natural del combinado mayor tiene fondos suficientes en un seleccionado y equipo seleccionador que dieron muestras acabadas de ser parte de un proceso virtuoso que tiene asegurada su continuidad. 

Salvo que se lo interrumpa haciendo oídos a los cantos de sirena que pululan en las redes y en el ambiente del fútbol que pretende cambios radicales que terminan siendo parches y, a la larga, peor remedio.

¿Acaso si no salimos campeones mundiales somos un fracaso? La soberbia es mala consejera y en el fútbol -deporte principal de esta comarca- el exitismo suele sumar adeptos fácilmente y en cuanto los resultados no se corresponden con la corriente que los impulsa se hacen sentir pidiendo cambios, renuncias y promoviendo nombres alternativos (algunos tan alternativos que no hacen parte del proceso que nos llevó a ser top ten mundial).

Es cierto que todos somos resultadistas y que estos -los resultados- nos vienen siendo adversos últimamente en las eliminatorias, pero no es menos cierto el lugar que aún ostentamos en la tabla ni que hay renovación asegurada como lo demuestran las actuaciones que han venido teniendo los combinados juveniles. Esos que también forman parte del mismo proceso y que le deben al Maestro su razón de ser y su esencia.

Por eso no estoy de acuerdo con los que critican, por más que sufro y padezco la frustración que significa perder con la celeste, o que hayamos relegado en pocos partidos el lugar de privilegio entre los 10 mejores bajando en la clasificación de FIFA. Pero apoyo el proceso y creo en sus artífices, esos que me devolvieron la oportunidad de volver a gritar goles uruguayos en un campeonato mundial.

Orgullosamente frenteamplista

Algo similar ocurre en otras tiendas -no deportivas- como la política. Allí se instaló una agenda que intenta echar por tierra un proceso de renovación como no había vivido el país en décadas. Voces que se cuelan como titulares de prensa haciendo ver una realidad alternativa que algunos dieron en llamar “la pos verdad”. Falsedades muchas de ellas que se instalan en el colectivo popular hoy tecnológicamente impulsado por las redes sociales y replicado por los medios de prensa que se nutren de esa fuente de acceso fácil y gratuita.

Por supuesto que nadie dice -o por lo menos los que lo dicen no obtienen la repercusión que tienen los “porsverdadistas”- que Uruguay ha mermado el crecimiento producto de una realidad internacional de la que forma parte y de la que sufre -inexorablemente- sus consecuencias. Menos dicen o hacen ver que aún con ese panorama, lejos de entrar en recesión continúa creciendo a otro ritmo. Algo que seguramente tampoco dirán. Es que sería impensable vaticinar que harían los partidos tradicionales de estar en el gobierno, pues ellos siempre recurrieron al camino fácil e impuesto del FMI que era ajustar. Ajustes que padecieron siempre los trabajadores y las clases con menor poder adquisitivo.

Nadie resalta hoy que tenemos deuda soberana que no obedece a fórmulas fondomonetaristas de otros tiempos, y que actúa y reacciona según el leal saber y entender de un equipo económico artífice de más de 12 años de crecimiento continuo del PIB y con él, del poder adquisitivo de los uruguayos.

Hoy no existen desencantados del FA, hoy existen desagradecidos que alguna vez votaron por el Frente Amplio buscando alcanzar sus objetivos personales y que -una vez logrados- no tienen reparo en boicotear o criticar una gestión que otrora apoyaron. Hoy miden su éxito como propio sin reconocer que fue este gobierno y los anteriores del FA que hicieron posible su recuperación y estado de bienestar que hoy disfrutan.

Por supuesto que se han cometido errores gruesos -a mi modo de ver y entender- que han dado argumento a ese desagradecido repertorio de críticas que se acumulan y hacen ver como de gente que resta apoyo al Frente Amplio. Pero aún con sus errores, esta fuerza política sigue siendo el motor principal de los cambios y ninguna otra es capaz hoy de garantizar que lo logrado se profundice y desarrolle, siendo el principal objetivo a seguir como militantes.

Así como hoy se alzan voces en contra del Maestro Tabárez, se escuchan otras que critican a nuestro Presidente y otras tantas que lo hacen contra Pepe. Gestiones que hicieron realidad otro Uruguay y que debemos defender difundiendo y haciendo ejercicios de memoria. Pues pareciera que esos logros nacieron por generación espontánea, o -lo que han querido imponer como si fuéramos ignorantes- por obra y gracia del viento de cola de la realidad internacional. 

Antes el mundo se desarrollaba y crecía mientras en el Uruguay sólo se atinaba a seguir fórmulas de ajustes impuestas que nunca derramaban para los trabajadores ni las clases más desposeídas el supuesto efecto de esos ajustes. Hoy Uruguay sigue creciendo al influjo de gestiones que hicieron posible la diversificación de los mercados, la mejora de la calidad de los productos que generamos y la dinamización del mercado interno merced a la recuperación del salario de los trabajadores, entre otras tantas medidas que nos destacan.

¿Sabian que Uruguay integra el podio de países que vende la carne más cara a selectos mercados internacionales? Lo hace gracias a un proceso de trazabilidad que se impuso durante la gestión de José Mujica como ministro de Ganadería. Proceso que hoy asegura mercados exigentes que pagan el mejor precio. Claro que no es solo eso, pero esa posibilidad de mercado llevó a que se aumente la producción reconvirtiendo los establecimientos y aumentando las haciendas (hoy supera las 12 millones de cabezas de ganado y hay lugar para mayor crecimiento aún). Los productores ganaderos son los que más se beneficiaron de las políticas aplicadas y sin embargo lideran opinión contraria al Gobierno que más renta les hizo ganar en la historia. 

Viene siendo hora que reconozcan el camino, si quieren seguir recogiendo la recompensa...


el hombre agitaba la bandera,
el perro ladraba fuerte otro gol...

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