Traductor

martes, 25 de abril de 2017

Soy un cincuentón... lpm!

Cuando “me afiliaron” de prepo no me preocupé, los cincuenta estaban lejos y no importaba el futuro porque era mío, tanto como lo era para cualquier joven que disfruta de la vida. Pero así como llegó el año 2000 -otro hito que parecía tan lejano- también me llegaron los 50 y siguieron de largo casi sin darme cuenta. Hoy me encuentro entre ese grupo de afectados por un sistema previsional que nos tiene embretados y jodidos porque el futuro ya no está tan lejos y cada vez es más un presente donde el retiro está a la vuelta de la esquina. El codo ya lo doblamos hace rato y aunque vivimos pensando en que somos inmortales... la puta madre!!, soy un cincuentón y ando preocupado.


Una luz al final del túnel

Me sorprendió ver a muchos defendiendo mi consigna a pesar de no ser parte del colectivo, es que vi -en el último Consejo de Ministros en La Teja- a muchos jóvenes portando carteles que reclamaban por mí y tantos otros que estamos comprendidos en la peor franja que sufre o sufrirá la peor devolución de su premio por retiro.

Como tengo confianza en mi gobierno, confío en que la solución llegará más pronto que tarde. Me consta que existe la preocupación en el equipo económico y en el mismo Presidente. Reconozco una absoluta ignorancia de las consecuencias que me esperan por ser parte de ese desafortunado grupo, seguramente porque aún ni remotamente pienso en el retiro, pero poco a poco voy absorbiendo información que prende unas extrañas luces rojas que me indican tomar recaudo.

Lo dicho, el viejazo -por más que lo quiera lejos- está a la vuelta de la esquina de mi vida y el viejo dicho de más vale prevenir que curar, bien que se me aplica pues avizoro que más que cura tendré llanto de no acompañar un reclamo del que depende la estabilidad en tiempos de retiro biológico obligatorio.

A pesar de todo, la confianza está intacta, porque sobradas muestras me ha dado este gobierno desde su instalación como para no tenerla. Seguramente la solución llegará y será gracias a la decisión de un gobierno que escucha y aplica el freno o corrige cuando los reclamos son justos como es el caso de “los cincuentones”.

Hoy existe una propuesta que daría la opción para los miembros de tan selecto grupo que ya doblamos el codo y jodemos con los cincuenta diciendo que son “sin cuenta”, a pesar que pesan en el lomo y en la cédula de identidad.

La propuesta implica la transferencia de unos 1.600 millones de las AFAPS por concepto de 20 años de aportes, montos que no dejan de ser parte de lo que aportaron (aportamos) quienes formamos parte de ese grupo. Y esa ecuación permitiría recomponer el desequilibrio de los premios por retiro a los que afecta esa legislación previsional a la que no pudimos negarnos.

Los entendidos -que pergeñaron la propuesta- afirman que esa transferencia corregiría la desigualdad y no afectaría la rentabilidad de las AFAPS.

El Gobierno heredó esta situación, no es responsable de ella pero sí lo es de encontrar una solución pues es quien tiene el poder soberano hoy. Un Gobierno que no nos dejará a pie, y que ya estudia una salida para que los cincuentones como el suscrito, puedan irse -algún día- a ladrar tranquilo desde su cucha hasta el fin de sus días.

el hombre miraba el almanaque,
el perro ladraba un año más...

No hay comentarios:

Publicar un comentario