Traductor

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Teléfono ocupado

La Dirección de la Policía Nacional emitió una orden de servicio -Nº 34.734-, con la que pretende optimizar el servicio de seguridad que presta la Policía Nacional a la ciudadanía y evitar distracciones  de su personal -mientras está prestando servicio- derivadas del uso indiscriminado de los teléfonos celulares por parte de sus efectivos. Una acertada medida que pondrá un límite a aquellos funcionarios que, lejos de mantener una actitud de observación y alerta durante su trabajo, desafectan sus sentidos para concentrarlos en los aparatos móviles mientras frente a ellos transcurre la vida en sociedad y el delito hace su “trabajo”. El esfuerzo de las autoridades en promover cambios significativos en la institución merecen un compromiso funcional en reciprocidad.


Te clavo el visto

Una esquina cualquiera en un día cualquiera, dos policías están cumpliendo la tarea diaria de vigilancia y observación en la zona que les fue asignada. La gente pasa, los coches circulan y el ruido de la ciudad que despierta, empieza a invadirlo todo... Un agente está cabizbajo concentrado en la pantalla de su celular, el otro... también.

Esta podría ser una escena cotidiana que podemos apreciar quienes vivimos en la ciudad capital -Montevideo- en cualquiera de los puntos de mayor concentración pública o comercial donde la Policía Nacional despliega sus unidades “pie a tierra” o motorizadas (motos o patrulleros). También es cierto algo que se reproduce en la escena descrita y es que muchos de esos policías no están en actitud vigilante, salvo la de controlar la llegada de un SMS o un WhatsApp a su teléfono inteligente.

Una situación que se multiplicó al tiempo que los uruguayos fuimos incorporando tecnologías al extremo de no reparar que hay tareas y situaciones en las que debemos hacer un alto para desconectarnos, porque en ello nos va la seguridad y -muchas veces- la vida misma. 

Arriesgamos nuestra vida, y la de los demás, cuando hacemos caso omiso a la recomendación, entonces, atendemos el celular, o respondemos un mensaje, o le ponemos “me gusta” a la foto del Facebook, mientras conducimos un vehículo. Acciones irresponsables que pueden costarnos demasiado caro, a nosotros o al prójimo.

Algo similar ocurre en la Policía cuando incurren en estos mismos “horrores” como conductores o, como el caso de esta orden de servicio, se desatiende la misión por responder un sms, poner un “me gusta” en Facebook o “clavar un visto” por ws (en el mejor de los casos). La inobservancia de esta orden de servicio no solo traerá aparejado una sanción al infractor, puede tener un efecto colateral mucho más grave.

Es que mientras un Policía desatiende su tarea de observación, hay quienes están muy atentos a esa distracción y operan en consecuencia, es la delincuencia que está esperando el instante preciso para actuar buscando esa defección que se agrava con esta práctica que se pretende disuadir con la medida.

No faltarán los que criticarán la medida argumentando que de ese modo estamos dejando incomunicados a los Policías, cosa que no es correcta ya que los funcionarios policiales cuentan con equipos TETRA de comunicación que reportan en forma encriptada y segura cualquier evento. Y en defecto de estos, la comunicación celular deberá reservarse a los eventos que requiera la función, eso redundará en una mejor respuesta policial y en una actitud preventiva que todos apreciaremos.

Una Policía atenta, en actitud vigilante, que preste atención al entorno, brindará un mejor servicio sin dudas, y sumará razones para dar seguridad a los vecinos que reclaman la presencia policial activa.

Un servidor público debe tener conciencia del servicio que presta, no solo para el prójimo a quien sirve, también por su propia seguridad. Un Policía que no respete esta premisa, está expuesto y vulnerable, restando en lugar de sumar al objetivo principal de su función que es la de prestar seguridad a todos.





el hombre (uniformado) recibió un sms,
el perro gruñó un rezongo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario