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jueves, 21 de noviembre de 2013

En cumplimiento del deber...


La Ley 18.377 del 7 de octubre de 2008, dispuso la conmemoración del Día del Policía Caído en Cumplimiento del Deber, un homenaje a quien ofrece su vida honrando el juramento que lo impuso un día como Policía. Para algunos puede parecer un acto protocolar, pero está impregnado de un estilo y solemnidad propio de una institución donde la muerte hace su ronda de forma intempestiva, consolidando el espíritu de cuerpo que resurge con más fuerza cuando un camarada cae en acto de servicio...



Cuando muere un Policía, nace un héroe

Cuando un Policía cae en cumplimiento del deber, se origina “...una deuda ética que toda sociedad justa, que se precie de tal, les debe a sus mártires... que han ofrendado sus vidas por nosotros...”. Así comenzaba José Colman su discurso en ocasión de la ceremonia que honra a los Policías caídos en cumplimiento del deber.

Breve pero sentida y sólida exposición que habló del honor y gratitud como valores necesarios de una sociedad que padece una carencia de ejemplos a seguir. Una sociedad que olvida -muchas veces- que “cuando un Policía muere en cumplimiento de su deber, no muere por sí, muere en nombre de todos. En nombre de la sociedad que juró proteger” - expresaba el Director de Inteligencia en su discurso.

Homenajear a los caídos es una obligación moral que va acompañada de la congoja propia de ser un recordatorio de compañeros que ya no están. Solo mitigada por su ejemplo y coraje puesto en la función al punto de haber otorgado su bien más valioso en procura de defendernos. Ese es el punto principal a recordar con gratitud hacia sus familias, sufrientes de la pérdida.

La fecha -20 de noviembre- recuerda un episodio ocurrido en el año 1933 en el Paso Molino, donde dos delincuentes intentaron copar la casa de un conocido financista clandestino. Una sucesión de hechos fueron derivando luego en una intensa persecución y tiroteo por las calles de Paso del Molino con el resultado de  5 policías muertos y 6 heridos. Entre los delincuentes uno se suicidó al verse acorralado y otros dos  fueron detenidos tras el tiroteo. También hubo particulares heridos, de un  episodio que involucró a 17 personas. (fuente: http://www.uruguayinforme.com)

Las palabras de Colman tuvieron un diferencial importante en temas sensibles referidas a la ofensa de la función policial que hacen quienes se apartan de la ley y deshonran la función. Excesos, errores, actos reñidos con los valores que ostenta la tarea policial, son eliminados por la propia fuerza que se autocontrola y depura, fortaleciendo con ello las defensas de todos sus miembros.

Cuando cae un policía en cumplimiento del deber, también son culpables de la baja quienes deshonran el uniforme con su accionar corrupto e ilegal, porque con sus acciones vulneran un valor imprescindible en la función: la confianza. Confianza en quienes comparten responsabilidades de protegerse mutuamente y fortalecer con ello su accionar. Confianza que dota a la fuerza del blindaje necesario haciendo de ese valor, su principal herramienta de protección.

Cuando cae un policía en cumplimiento del deber, cae un padre, un hijo, un esposo, un hermano, un compañero. Roles de personas que nos identifican y que nos hacen un doliente más que no solo debe compartir el dolor sino asumir el compromiso de honrar su sacrificio para que no sea en vano tanta ofrenda.

En otro orden, y como para demostrar que nada está perdido, este 20 de noviembre de 2013, fue un día especial. Porque no solo se honró a los caídos en acto de servicio sino que también hubo un reconocimiento al valor y generosidad de un simple ciudadano que puso en riesgo su vida para prestar auxilio en la emergencia a otra persona.

En la figura del Sr. Diego Añón*, quedó representado ese intangible que se creía perdido o por lo menos olvidado en nuestra sociedad y que actos arriesgados como el que tuvo, dan un fuerte mentís a esa creencia.

Finalizando su parte oratoria, Colman expresaba: “... en este día, bajo el cielo que habitan en su inmortalidad nuestros mártires, renovamos nuestro juramento que hicimos al recibirnos, de defender nuestra sociedad aún con el sacrificio de nuestras propias vidas, para que aún más sus nombres enaltezcan la diaria vigilia del servicio a la Patria”.

Honra eterna a los caídos en cumplimiento del deber.

*Diego Añón fue el ciudadano que -manejando un patrullero- trasladó al Ag. Carlos Rodríguez hasta un centro asistencial, en ocasión del copamiento al local de El Correo en Pocitos, ocurrido el 5 de agosto de 2013. Precisamente el Ag. Carlos Rodríguez fue uno de los caídos en cumplimiento del deber recordado en el acto de este año.

el hombre guardó respetuoso silencio,
el perro también...

1 comentario:

  1. Cuando cae un policía en cumplimiento del deber, también son culpables de la baja quienes deshonran el uniforme con su accionar corrupto e ilegal, porque con sus acciones vulneran un valor imprescindible en la función: la confianza...tal cuál

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