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viernes, 8 de junio de 2012

Abusar de las interpelaciones está de menos*



La interpelación al Ministro del Interior del martes 5 de junio pasó sin pena ni gloria para el miembro interpelante quien, lejos de poner en jaque al Gobierno sobre la situación carcelaria, optó por mocionar una censura (para la que no hay votos) y retirarse de sala sin dejar espacio a la voz de sus socios colorados.

*Revista Galería de Búsqueda - 29/5/2012
El día después los titulares de prensa se hicieron eco de las resultancias de una interpelación que culminó antes de lo previsto. La noticia del día fue lo que todos saben que no va a ocurrir, sin embargo la sola mención de la palabra censura bastó para que los principales medios la tomaran e hicieran con ella titulos de notas.

Algo así como una noticia imposible, pues todos saben que no se darán los votos para que ello ocurra por parte del Frente Amplio ni del Partido Independiente (que ya anunció que no acompañará lo que entendió como una “maniobra política”).

El propio Ministro Bonomi destacó a los medios que en otros tiempos el mecanismo de la interpelación era un instrumento valioso para dejar sentada la “verdad histórica” que las minorías pueden dejar documentada en el lugar donde la democracia tiene su mayor y más representativa expresión. Sin embargo, eso no ocurrió ante una muy pobre exposición de un interpelante que dejó la impresión de no haberse preparado para la ocasión.

Un diputado que visitó los centros penitenciarios pero que no dejó constancia alguna de su paso por los mismos a estar por una exposición que no hizo foco en ese aspecto concentrando su intervención en un puesta en escena más propia de un “stand dup” que de una instancia legislativa como la que se estaba desarrollando. Al mejor estilo de un “showman” puso los énfasis, las gestualidades y las palabras (ofensivas por momentos), siguiendo un libreto propio que culminaría dinamitando un acuerdo previo con sus socios ocasionales (los legisladores colorados).

Argumentar que la no autorización del ingreso del Comisionado Parlamentario a sala fue razón de la pobre exposición interpelante, es una excusa que no se la cree nadie, y menos los desairados legisladores colorados que no pudieron exponer ante la intempestiva retirada blanca.

La exposición del Ministro Bonomi fue extensa, sí, pero por la sencilla razón de haber expuesto una reseña cuasi completa (nunca es posible abarcar todo), de la reforma penitenciaria iniciada con la llegada del Frente Amplio al Gobierno y que está siendo desplegada en toda su dimensión por esta administración. Cuatro horas y pico en las que se desplegaron las razones de los motines que dieron motivo a la convocatoria, pero en las que también se expusieron las obras realizadas en un sistema que registraba décadas de abandono, mal que les pese a los convocantes.

El final fue inesperado para algunos y previsible para otros. Al término de la exposición del interpelado, la moción de censura fue presentada con la firma de los legisladores blancos y el bolso colgado que portaba el interpelante anunciaba la estampida baguala en retirada. El humo blanco se hizo cuerpo en la cámara baja y los sillones de la bancada ídem lucieron vacíos de ahí en más.

Un enojado Pedro Bordaberry señalaba los espacios vacíos a un diputado Trobo que intentaba explicar la razón de la huída. Mientras tanto, los diputados colorados asistían -por segunda vez en esta legislatura- al papel del tonto que trabaja para otro y se queda sin nada al final del trabajo. Así lo reconocería la diputada Montaner cuando reseñó la misma actitud blanca en ocasión de la interpelación por el incendio de la cárcel de Rocha.

El final de la interpelación llegó a los pocos minutos y una moción de respaldo al Ministro Bonomi cerró la instancia, y en un plazo no inferior a 48 horas se convocaría a la cámara a tratar el pedido de censura que todos sabemos que no se votará.

La verdad histórica también se escribe en los parlamentos, y esta vez quedó un voluminoso informe sobre la situación carcelaria al que pocos prestaron atención seguramente, pero que es testimonio de un proyecto iniciado.

La verdad para que sea tal, debe apoyarse en pruebas, solo así será también parte de la historia.


el hombre salió pegando un portazo,
el perro, en cambio, se quedó ladrando un rato...


*Revista Galería de Búsqueda - 29/5/2012

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