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martes, 26 de agosto de 2025

La Policía y el barrio

Fuente imagen: M24
Poco a poco las cosas van volviendo a un curso del que no debieron apartarse y que formaba parte de un proceso de transformación que se había iniciado. Pero, la mezquindad política pudo más y la idea de deshacer todo vestigio de una gestión hizo lo suyo. Instalaron un triste paréntesis institucional que trajo los peores cuadros a dirigir una institución medular en la estructura de todo gobierno como es la Policía Nacional. Los hechos terminaron confirmándolo y toda la plana mayor (incluidas las máximas autoridades políticas) fueron destituidas por su pésima gestión e involucradas en situaciones que deberán responder ante la justicia. Hoy es otra la dirección y de a poco, la policía está volviendo al barrio...

PCOP 

La seguridad sigue ocupando los primeros puestos en el ranking de las principales preocupaciones de los uruguayos. Hace tiempo que la misma dejó de ser un problema metropolitano para diseminarse -a diferentes ritmos, es cierto- a lo largo y ancho del país. Sin perjuicio de ello, no deja de ser cierto también que por razones de densidad poblacional los mayores eventos de inseguridad se siguen dando en el cordón metropolitano y, principalmente, en la capital del país. 

En tal sentido, la cartera dirigida por Carlos Negro empezó a tomar cartas en el asunto sin las estridencias de otros tiempos no tan lejanos pero con la firmeza que dan las evidencias, principal insumo que empieza a tomar cuerpo en la novel administración. En efecto, en base a ese cúmulo de evidencias es que se tomó la decisión de empezar a vestir a los barrios con un actor que nunca debió abandonarse y es la del Policía Comunitario Orientado a Problemas (PCOP). 

Un referente local

La vieja figura del Guardia Civil asoma como antecedente de quien encarne en esta época el rol del policía de proximidad, ese que hace parte de la comunidad en la que se moviliza y se constituye en un referente positivo para la resolución de los problemas. Porque ese es el espíritu de un programa pensado para reducir daños, actuando en prevenir antes que reprimir, adelantándose a los acontecimientos por contar con un grado superior de involucramiento en el territorio. 

Este programa que tuvo su génesis en la gestión del fallecido Eduardo Bonomi, viene a recomponer un proceso de transformación de la seguridad donde la prevención actúa como amortiguador indispensable evitando que los problemas escalen a niveles de violencia que no se desean.

Es cierto que aquella idea tuvo varios factores que le influyeron en contra, uno de ellos fue el aumento exponencial de custodias por situaciones de violencia de género que requerían de recursos humanos para cumplirlas apelando a miembros de ese cuerpo policial para hacerlo, desvistiendo al programa al punto de su casi desaparición. Sin embargo no fue la única razón, también operó la intención manifiesta de los nuevos mandos enfocados en la represión antes que la prevención que contribuyeron a desaparecer la figura del policía componedor y cercano a los vecinos por el que actuaba como respuesta directa a los hechos consumados.

Ese salteo de la prevención como fase primaria de la atención a la problemática de la seguridad dimensionó la fase meramente represiva de una fuerza de seguridad que olvidó su pata civil que hoy empieza a recuperar con esta iniciativa.

Bienvenida sea la puesta en marcha del programa en toda la circunscripción de la capital, porque seguramente veamos pronto los resultados con una disminución de la violencia, donde la clave sea la mejora de la convivencia entre los vecinos gracias a la figura del policía componedor, que es la esencia del policía comunitario orientado a la resolución de problemas.

Hoy los problemas en los barrios son en su inmensa mayoría de índole municipal, pero otros tienen su pata policial pues están asociados a prácticas ilegales como el corte del alumbrado público, por ejemplo, que realizan muchas bocas de drogas para solapar su comercio ilícito; o las carencias urbanas de algunos espacios públicos del barrio que hacen propicia la acción criminal 
(un basural, un arbolado profuso que oscurece el entorno, etc.). Esos lugares que con pequeñas intervenciones pueden mejorarse y para los que el referente policial sea un actor que acompañe la tarea del Municipio.

Es tiempo de conjugar esfuerzos, porque la seguridad no es solo materia policial; pueden realizarse acciones de complementaria intervención que permitan administrar recursos y combinar esfuerzos para obtener mejores resultados.

Así como la evidencia llevó a la implementación y recuperación de este programa, serán las evidencias las que le darán fundamento para su desarrollo a nivel nacional.

Que así sea...


el hombre saludó a Matute,
el perro ladró a Don Gato...


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