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lunes, 29 de julio de 2024

Los descubrimos…

Se definieron las internas y con ellas las fórmulas electas se aprestan para encarar la recta final de una parte-sin dudas la principal- de un largo proceso electoral que se cerrará en mayo del año próximo con las elecciones departamentales. Pero antes, en octubre, tendremos la elección nacional donde se define el futuro gobierno y la representación parlamentaria. Una elección que puede ser la única y a la que la coalición multicolor que nos gobierna aspira posponer hasta noviembre, sin retacear ningún recurso ni disimular ni un poquito, tampoco. Se hizo pública la intención manifiesta de debatir -en barra- contra el favorito de las encuestas y de la mayoría de los uruguayos- Yamandú Orsi- algo que el Frente Amplio no está dispuesto a aceptar. Una brillante decisión del comando de campaña que dejó al descubierto la intención de la derecha gobernante uruguaya, que pretende volcar todas las balanzas en su beneficio sin respetar los equilibrios que toda democracia merece. Acéptenlo sin berrinches, los descubrimos…

Choripanes electrónicos y la ley del offside

A todo esto, el escándalo por las horas extras en la intendencia de Artigas con el clan Caram-Dos Santos sigue en la agenda, a pesar del silencio del presidente Lacalle Pou y la ausencia de preguntas al respecto por parte de la prensa. Seguramente el silencio temático les vino impuesto tanto como la ausencia del periodismo independiente que faltó en aquella rueda de prensa. Lo cierto es que el tema sigue en la agenda a pesar de los intentos, y mucho más cuando lejos de seguirles la estrategia de distracción, el flamante candidato del Frente Amplio tomó un vuelo directo al lugar de los hechos. Así fue como Yamandú voló a Artigas para estar con la gente, interiorizarse del tema y dar su apoyo a una sociedad feudalizada por quienes actúan como patrones de estancia, claro que de una estancia que no les pertenece, haciendo uso y abuso de los dineros públicos con fines electorales.

Mientras el exministro Lema intentó despegarse del asunto, el archivo lo dejó expuesto ante lo que se parece mucho a un abuso de funciones donde desde un programa del MIDES se direccionó hacia una campaña política personal de la condenada por la justicia, la exdiputada Valentina Do Santos. Sendos testimonios y notas de prensa confirman que, con dineros públicos, se entregaron electrodomésticos y algo más, en una práctica clientelar aggiornada al siglo XXI, dejando atrás los choripanes.

Mucho nerviosismo se aprecia en la coalición multicolor que si algo aprendió fue a respetar el libreto sin espacio a ningún desvío. Sale uno y salen todos al unísono en una perfecta sintonía que los asimila a una defensa bien entrenada en aplicar la ley del offside (los futboleros lo entenderán). En eso sí que se han mostrado bien alineados, pero tanta alineación los expone al punto que terminan dando la razón a Orsi y su comando sobre la negativa a debatir contra la barra multifruta.

Yamandú lo expresó fuerte y claro, cuando definan la segunda interna -si es que el pueblo uruguayo se los permite- podrán debatir en igualdad de condiciones con él, mano a mano, confrontando los dos modelos de país que hoy pujan por dirigir los destinos del país en los próximos cinco años.

Pero, si aún persisten en su intención, tienen la chance (antes de la primera vuelta) de intentar algún debate eligiendo a quien los represente y así, mano a mano, confrontar ideas con el candidato del FA. Si tan demócratas se sienten, deberían aceptar esta democrática regla de juego que ofrece el partido mayoritario del Uruguay. 

Parecido no es lo mismo

Los partidos coaligados de la derecha uruguaya han demostrado que solo los une un objetivo electoralista de impedir que el Frente Amplio sea gobierno. No solo han incumplido sus promesas de campaña, sino que han demostrado esa única intención con hechos irrefutables que no pueden disimularse por etapas como pretenden ahora en la primera vuelta (que probablemente pueda ser la única), para luego alinearse rápidamente en un nuevo contubernio electoral como el de la pasada elección.

Ellos aprendieron a juntarse, formaron una coalición con el único objetivo de disputarle la elección a la izquierda uruguaya, la que, a pesar de todo, sigue consolidada como la mayor fuerza política del país. Sin embargo, la copia nunca superará al original. Así las cosas, esta coalición adolece de una falla estructural imposible de cubrir y es la pata social que la nutra y acompañe. Porque si bien el Frente Amplio es -también- una coalición de partidos, hay una indisoluble asociación al movimiento social (sus bases), que le dan sentido y pertenencia siendo su motor y cable a tierra. Además de una base ideológica se necesitan hombres y mujeres que la impulsen y controlen que se lleve a cabo. Se necesita del movimiento para hacer posible la utopía, esa que definió magistralmente Eduardo Galeano: 

     "la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se  corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar"

Con este diferencial de peso, debieran asumir que están lejos de empatar siquiera con una organización que tiene más de medio siglo de vida y es ejemplo para el mundo. Un mundo convulsionado que tironea entre dos opciones olvidando que en el medio queda el pueblo hecho jirones.

Vayan asumiendo la realidad, es hora de que lo entiendan fuerte y claro: ¡fueron descubiertos señores! Ya no tendrán oportunidad de usarnos para sus intereses en batallas pírricas mediáticas, la paridad sino se ofrece se impone con inteligencia y en base democrática. 

Elijan a su candidato y enfrenten dignamente una dialéctica disputa en igualdad de condiciones. Acepten que son el mismo perro con diferente (y transitorio) collar. 

Se los dice este perro que ostenta orgulloso su tricolor collar frenteamplista…


el hombre esperaba rival,
el perro también, tranquilo en su casilla…


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