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sábado, 21 de agosto de 2021

No hubo carnaval… pero sí desfile!!!

La pandemia nos dejó muchas secuelas, la peor fue la de las más de 6 mil víctimas fatales; padres, hermanos, tíos, abuelos, hijos, amigos… Uruguayos todos que no pudieron sortear un virus que nos tuvo entre los peores del planeta por mucho más tiempo del que hubiéramos deseado. A ese saldo trágico, se le sumaron otras consecuencias que dejaron el tendal de quiebres -algunos de corte irreversible- y otros que, paulatinamente, irán recomponiéndose hasta la tan ansiada normalidad perdida. Muchos nos resistimos a que la nueva normalidad sea una medida a imponer de aquí en más. Tolerar esa nueva realidad sin dar la pelea no está en el imaginario de muchos que apelamos a que aquella vieja normalidad se reponga y junto con la reactivación económica que permita la reconstrucción del entramado laboral jaqueado, vuelvan los abrazos que nos debemos desde hace ya demasiado tiempo. Entre las muchas actividades postergadas, el carnaval ha sido uno de los sectores afectados con la temporada 2021 suspendida, que no solo impidió celebrar las carnestolendas sino evitar, al nuevo gobierno, ser objeto de las críticas que caracterizan al carnaval más largo del mundo. Pero, si algo pareció ocurrir es que la suspensión habría alcanzado tan solo al Concurso de Agrupaciones Carnavalescas que organiza DAECPU porque, a estar por los movimientos en el Gabinete Multicolor, no todo faltó. Claro que inesperadamente no fueron murgas, comparsas ni parodistas los que transitaran por la principal avenida de Montevideo, sustituidos por los diferentes Ministros que, cual si fuera un verdadero desfile, han pasado -con pena y sin gloria- por sus carteras. Protagonistas que terminaron de la peor manera su gestión. Si Jorge Batlle había prometido un gobierno divertido (y así le fue), este -que prometió los mejores 5 años de nuestras vidas- nos viene regalando un inesperado desfile de autoridades que no dan la talla para semejante investidura.

Lo dicho, no hubo carnaval… pero sí desfile!!

¡Y hablaban de Sendic!

El registro no deja lugar a dudas y hoy, los que demonizaron al entonces Vicepresidente renunciado, justifican salidas impuestas desde la Torre Ejecutiva endiosando a los protagonistas como si fueran ejemplos a seguir. Lo que no aclaran es que esos mismos renunciados son tales sin abandonar privilegios que los dejen al resguardo de posibles responsabilidades penales. Porque se van de sus cargos conservando los fueros parlamentarios, bien lejos de la imagen de verdaderos defensores de los procedimientos y la transparencia ejecutiva.

Tal el caso del último renunciante/renunciado - Germán Cardoso- quien se dice víctima de una disputa política interna, sin aclarar que desnudó una forma de gestionar que mereció la solicitud del cargo. Aludir a un pase de factura política es insultar el intelecto de la ciudadanía que no es tonta y sabe distinguir el blanco del negro, tanto como para darse cuenta que si fuera tan buena su gestión y/o ajustada a los procedimientos, seguiría ostentando el cargo y no lo hubieran renunciado.

Se perdió un tiempo precioso que lastima por elevación al propio Presidente Lacalle, quien sufre la caída de su popularidad y apoyo en la gestión que empieza a marcar una clara tendencia en las encuestas, en tiempos que el país ingresa en zona de pos pandemia.

Si hubiera aceptado las sugerencias que desde la oposición se hicieron cuando el mismo protagonista quedó incluido en un procedimiento judicial con escuchas telefónicas que derivaron en la formalización con prisión del tercero al mando de la Jefatura de Maldonado, se hubiera evitado esta instancia y alejado de una figura que hoy genera más sospechas que virtudes.

¿Victoriosamente va?

El inesperado desfile de Secretarios de Estado es una condición que ya puede decirse que caracteriza a la gestión multicolor. En tan solo 18 meses de gestión casi la tercera parte del Gabinete fue removida y, curiosamente, 3 de ellos pertenecen al partido de José Batlle y Ordóñez.

Sin perjuicio de esa notoria superioridad colorada, todos tienen el común denominador de ser anunciados por las redes sociales, principalmente Twitter. Asimismo, las solicitudes generaron la sorpresa de los mismos protagonistas que no ocultaron su desconcierto ante los relevos impuestos. Así le ocurrió a Uriarte (MGAyP), que reconoció en rueda de prensa desconocer las razones de su salida; o el propio Bartol (MIDES), cuyo relevo fue anunciado por twitter con la intención de asignar "un rol más político" a la gestión de la cartera pos pandemia. 

La de Talvi, en cambio, fue una decisión propia que descolocó a propios y extraños, generando el primer golpe a un gobierno recién asumido, en plena pandemia y donde daba un paso al costado un Ministro con buena imagen pública. Claro que los errores políticos inexcusables que cometió entonces -el principal, dejarle la conducción del partido a Julio María Sanguinetti- le fueron arrinconando al punto de perder pie en una actividad de la que dijo no sentirse a gusto nunca.

El último relevo obligado de Cardoso -aunque lo disfracen de renuncia- completa un desfile inesperado que deja una mancha inocultable en un gobierno que empieza a perder pie en las encuestas. La pandemia retrocede al tiempo que crece el malhumor social que dejan medidas impopulares dictadas por un gobierno que recorta, ajusta y aumenta impuestos junto con combustibles, generando el descontento popular por promesas incumplidas.

Lamentables declaraciones del Secretario de la Presidencia, aludiendo al renunciado Cardoso, ponen de manifiesto la increíble soberbia de un gobierno que, sabedor del blindaje mediático que le acompaña, no disimula ni un poco a la hora de justificar una salida sospechada por gastos alejados de los procedimientos de contralor que exige la administración pública. 

La comparación con Sendic se impone notoriamente cuando se pretende equiparar situaciones diametralmente diferentes. Aquel renunció a todo privilegio, fueros incluidos, para enfrentar la justicia igual que el resto de los uruguayos. En cambio, Cardoso no abandona sus fueros, vuelve al refugio de su banca, y pretende explicar en la tribuna lo que no asume en la cancha. Veremos si, llegado el caso, abandona sus privilegios parlamentarios cuando la justicia lo llame a responder por las denuncias que lo llevaron a dejar el cargo.

No tuvimos carnaval, es cierto, pero vaya si hubo desfile y, a estar por estos antecedentes, nada impide imaginar que hayan más candidatos a seguir igual camino acortando la espera de las carnestolendas orientales largamente postergadas.

No tuvimos carnaval pero tuvimos desfile…


el hombre ensayaba un cuplé,
el perro soñaba con el choripan de algún tablado…


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