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martes, 9 de marzo de 2021

Zona de riesgo


La pandemia se ha ensañado con el Uruguay y la situación no muestra señales alentadoras en el corto plazo. Las autoridades –firmes en su postura de libertad responsable- se aferran en mantener la movilidad social con cierta discrecionalidad y alientan a una vacunación que todavía no llega a los niveles deseados ni aconsejables. Seguramente todo sea parte de la desconfianza sembrada por operadores de la coalición que menospreciaron la eficacia de la vacuna china en redes sociales. Lo cierto es que los índices de positividad son altos, el país ingresa a una peligrosa zona roja según la tabla de Harvard (que toma en cuenta el promedio de contagios de una semana), mientras la región empuja a tomar medidas más restrictivas ante el avance descontrolado que registra Brasil.  

Autos chinos

Encabezados por el Ministro de Salud Pública – Dr. Daniel Salinas – varios Secretarios de Estado y la propia Vicepresidenta de la República, recibieron la dosis de Sinovac, en un gesto expreso de promover una vacunación que no llega a los niveles deseados ante el crecimiento exponencial que está registrando la enfermedad.

Más allá de atribuir el bajo índice de vacunados a una especulación muy uruguaya de evitar la inoculación de la segunda dosis en medio de la Semana de Turismo, me atrevo a sugerir otras razones de mayor peso a la hora de tomar la decisión de vacunarse. Y una de esas razones puede ser la desconfianza sembrada durante varios días por reconocidos operadores de la coalición, quienes fogonearon en redes sociales sobre la cuestionada efectividad de la vacuna china, haciendo referencia a la industria automotriz del país oriental.

Por si esa razón no bastare, hubo quienes atribuyeron el bajo nivel de vacunación a una supuesta conspiración frenteamplista que sería la causante del boicot contra la campaña de inoculación de la única cura prevista para derrotar la pandemia. Si así fuera, deberíamos coincidir que no se explica cómo pudimos perder las elecciones ante tamaña capacidad de convocatoria.

En concreto, la situación está sobrepasada y así lo admite el GACH que realizó una serie de recomendaciones en Febrero pasado que no fueron atendidas por el gobierno, (que apostó a que la economía siga funcionando a riesgo de aumentar los contagios). Obviamente que persiguiendo un objetivo distinto, pero lo cierto es que los números se dispararon y la situación –aunque controlada- empieza a tornarse muy preocupante para los científicos asesores que encienden luces de advertencia de manera sostenida.

El GACH, uno de los aciertos indiscutidos del Presidente Lacalle, parece que no es escuchado, a estar por las medidas dispuestas por el primer mandatario. En efecto, los locales gastronómicos lejos de restringir la atención a la entrega de pedidos a domicilio como sugirieran los científicos asesores, se extendió hasta las 02:00 AM en decisión liberada a cada gobierno departamental (Montevideo mantiene la restricción hasta la hora 0:00, siguiendo las mediciones bajo el criterio Harvard). Tampoco se ha limitado la atención de público en comercios no esenciales; lejos de achicarlo se amplió el aforo en el transporte interdepartamental; se ha liberado la actividad en gimnasios (volvieron los vestuarios); se mantienen los torneos profesionales y amateurs; se exhorta a la presencialidad plena en centros educativos; y tampoco hay limitación de la circulación social y menos la interdepartamental (sin recalar en la densidad de casos de cada departamento).

Medidas que fueron sugeridas en febrero y que, a estar por las mediciones que se vienen registrando en las últimas semanas, empiezan a leerse como necesarias para controlar la pandemia. Lo han expresado muchas veces, la vacuna por sí sola no alcanza si no se reduce la movilidad social que evite la propagación mientras la población se inmuniza.

Por último, y para no eludir un hecho notorio, la marcha por el 8 de marzo se constituyó en un verdadero desafío a la pandemia y un revés a toda exhortación que emitiera el gobierno y sus voceros. Fue multitudinaria y enseguida se dispararon las alarmas por quienes van a adjudicarle –de aquí en más- la razón del incremento de una pandemia que está descontrolada desde noviembre. Ni tanto ni tan poco.

Así como no hubo prueba alguna que demostrara que anteriores marchas fueron el origen del aumento de casos, tampoco se puede afirmar ahora que se dispararán más con la que ocurrió ayer. Los hechos dirán, en próximos días, si ello ocurre o no. Más allá de algún caso puntual, la inmensa mayoría cumplió protocolos y cuidados, como el uso de tapabocas, por ejemplo.

Uruguay vive un cruce de caminos con un virus que puso en jaque a toda la humanidad. La llegada –tardía- de las vacunas, no hizo otra cosa que aumentar las razones de un incremento que necesitará de la voluntad y el compromiso de todos para revertirlo.

La llegada de próximos lotes de vacunas debería acompañarse de una intensa campaña de vacunación que promueva la inmunización masiva y así poder –en pocos meses- aspirar a ser un país a salvo de este flagelo.

Estamos en zona de riesgo…


el hombre aprontaba el brazo,
el perro se puso el tapahocico…


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