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domingo, 6 de diciembre de 2020

Hasta la victoria… siempre!!

La primicia de su partida había sido adelantada por los carroñeros de la información que buscan ser los primeros sin importar cuál tipo de desgracia están adelantando. Es el precio a ser líderes de la estúpida inmediatez que hoy nos domina. Presos de la fama y de los “likes”, olvidan que detrás de cada noticia hay familias, amigos, personas que quedarán expuestas sin más a su primicia. La muerte de Tabaré no estuvo ajena a ello, por eso, a más de una semana de aquella “fake”, la noticia real de su partida –anunciada por su hijo en la madrugada de este domingo 6 de diciembre- no tuvo los efectos de aquella. Hoy no hay indignación ni bronca, solo tristeza por la despedida al compañero Presidente Tabaré. 

2004 - 2020

Aquel acto final en la Avda. Libertador fue premonitorio, todas las encuestas daban un amplio favoritismo al Frente Amplio y la duda estaba en saber si sería en primera o segunda vuelta. Aquella tarde, Tabaré lo intuía y cerraría su discurso final con la cita memorable de la canción de Santiago Chalar…

“Cuando empieza a amanecer
Y aclarar el horizonte
Se comienza a divisar
El negro perfil del monte”

Una cita que transformaría para decirnos a todos que pronto amanecería un nuevo Uruguay, un país para todos, sin exclusiones, con mayor equidad y más justo. Así empecé a conocer al primer Presidente de izquierda uruguayo. 

Cuando Oscar Botinelli hizo el anuncio, a los gritos de los vecinos sumé los míos y allí mismo nos dispusimos a partir hacia 18 de Julio. Embanderados y con la bocina detonada a las pocas cuadras, 8 de Octubre empezaba a convertirse en peatonal ni bien pasamos la calle Larravide. Al llegar a Garibaldi, la marea humana hacía inviable seguir, a paso de hombre pudimos acompañar hasta unas pocas cuadras después del túnel. Un túnel que era una marea humana entre los que algunos autos acompañamos en medio de un ensordecedor sonido de cantos, cornetas y bocinas (los que aún tenían). Imposible llegar –siquiera- a Fernández Crespo- y allí, como pudimos, seguimos la fiesta por calles laterales y emprendimos el retorno. Solo comparable con la conquista del Mundialito del ’80, no recordaba otra ocasión en que 18 de Julio estuviera cortada por la gente en una explosión de alegría pública como esa.

Pasaron más de 15 años y hoy la alegría se convierte en tristeza, hoy partió el hombre que hizo posible el milagro. Pero nos queda su legado, para hacer de la resiliencia una cuestión de Estado Frenteamplista, y más temprano que tarde volveremos a construir esa patria para todos que empezamos entonces.

Prefiero recordarlo como el primero que nos enseñó el camino, el que nos dejó un montón de cambios estructurales que defenderemos a pesar de los que vinieron a deshacerlos. 

“No hay mal que dure 100 años… ni cuerpo que lo resista”, remataba Miseria en El Herrero y la Muerte. Sabía conclusión para un tiempo de acumulación de dolor y tristezas como estos.

Hoy partió Tabaré, honremos su vida con el compromiso de levantar bien altas las banderas y hagamos cierta su frase de cabecera que tanto nos enseñó a repetir. Vamos todos juntos hoy más que nunca a honrarlo con el compromiso de una despedida fraterna y compañera. 

¡Hasta siempre, Tabaré! 

¡Hasta la victoria… siempre!!


el hombre levantó la bandera,
el perro se lamía una lágrima…


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