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miércoles, 10 de octubre de 2018

Injusto



Creo recordar una frase del inefable personaje de Fontanarrosa -Inodoro Pereyra, el renegau- que decía más o menos así: “Hoy me levanté injusto, Mendieta”… Espero ser fiel a la cita pues confieso que la busqué en internet y no logré confirmarla pero apelo a mi memoria y pido disculpas si le erro. Esto viene a cuento de querer referirme a ese estado de ánimo caricaturizado formidablemente por el Negro Fontanarrosa en su personaje, con el que pretendía aludir a esa sensación de enojo que tan gráficamente exponía Inodoro a su perro Mendieta. Injusto parece ser el estado de ánimo de los  descontentos que no ven más allá de su propio interés y olvidan estados anteriores ya superados. Injustos están muchos uruguayos, y es un estado de ánimo que  duele...


Enojadamente injustos

El Presidente lo anunció como una buena noticia a la que “tenían derecho los uruguayos”,  y eso molestó a algunos que rápidamente salieron a desprestigiar el anuncio al extremo de tildarlo de falsa noticia. El Cr. Danilo Astori había sido electo como el mejor Ministro de Economía de América Latina por la revista Global Markets. El anuncio llegó por carta informando a la Presidencia de la República del galardón que se haría oficial en la reunión anual del FMI y del Banco Mundial a realizarse en Bali este año.

A pesar de las voces disidentes que intentaron tal desprestigio, al punto de pretender dejar mal parado al primer mandatario como si este se hubiera hecho eco de una falsa noticia, los organismos internacionales referidos confirman hoy las razones por las que el FMI elogia a Uruguay poniéndolo como ejemplo en un informe (El País, Sección Economía, pág. 8, public. 10/10)

La nota refiere al Monitor Fiscal del organismo internacional que elogia el manejo de la deuda que hizo Uruguay y que ratifica la elección del Ministro uruguayo como el mejor de América Latina. Lejos de una falsa noticia se trató de una irrefutable verdad que reconoce el mundo para desconcierto de los que esperaban lo contrario y hoy beben su propio veneno.

Entonces, me vino a la mente aquella frase de Inodoro con la que me identifico al ver este tipo de reacciones que nada aportan salvo desconocer y desmerecer una gestión que está despegada en la región.

En mi entorno tengo amigos que son exitosos emprendedores en sus comercios. Disfrutan -sin reconocerlo- las bondades de una economía local que ha dimensionado el mercado interno a partir de la recuperación del salario de los trabajadores. Particularmente estos amigos -dueños de negocios que giran en el rubro gastronómico- han mejorado notoriamente sus locales. Se disfruta como propio el éxito empresarial de gente laburadora que, además, genera fuentes de trabajo y reparten beneficios ganados con esfuerzo.  Otro amigo apuesta hoy con un emprendimiento del mismo rubro, ninguno de ellos es frenteamplista, conste. Les va bien, invierten y crecen, el crecimiento se nota, y está muy bien.

Sabido es que nadie quiere pagar impuestos, la carga tributaria que debe enfrentar un emprendedor es pesada si uno hace la ecuación con los servicios que recibe (los que aún son deficitarios en muchos aspectos). Ese es un debe que hay que atender sin dudas, pero negar que la economía sigue dando señales de estabilidad en una región de alta inestabilidad solo puede explicarse por la proximidad de una instancia electoral en la que cada quien aspira a que gane su preferido.

Es cierto que se han cometido errores, algunos resueltos y otros pendientes, pero también es cierto que hay otro país distinto… muy distinto. Por eso resulta incomprensible que aún se cuestionen logros que son indiscutibles, que recogen internacional reconocimiento y locales cuestionamientos. 

Hoy, los agoreros del desastre, presagian crisis que esperan ansiosos sin importarles las consecuencias que sufriría nuestro pueblo. Un día sí y otro también enuncian sus pronósticos negativos que se dan de bruces con los informes de los organismos internacionales que ratifican el acierto de la conducción del “mejor ministro de economía latinoamericano”.

A riesgo que parezca un contrasentido aceptar el elogio de un organismo como el FMI -del que nuestro país se independizó hace un tiempo obteniendo la soberanía absoluta sobre su deuda- no me inhibe darle valor porque -precisamente- quienes son proclives a acordar con él hacen silencio a esos elogios o los visibilizan en páginas interiores lejos de toda portada.

Me siento injusto con todo lo expresado, y en ese estado, donde se emparejan las sensaciones entre unos y otros, todos nos mezclamos luego en esa injusticia manifiesta que se convierte en denominador común aunque tenga diferentes motivaciones.

Solo ese entrevero de sensaciones podría explicar, quizás, esta situación que registra la foto de los uruguayos hoy día. Una foto que refleja una caída en la intención de votos por parte de quienes hasta hace poco tiempo daban el suyo a la fuerza de gobierno y hoy se muestran enojados… injustos.

Entender esto que nos pasa o aventurar un pronóstico no será fácil aunque parezca inverosímil pensar que los uruguayos se jueguen por cambiar un statu quo de estabilidad con crecimiento comprobado. El uruguayo es conservador por naturaleza y no da pasos en falso sin antes pasar por un proceso largo de convencimiento y realidad que no parecen ser los escenarios de hoy día.

Para no salirme de la referencia al Inodoro Pereyra del Negro Fontanarrosa, solo se me ocurre una expresión ante lo que nos pasa: ¡que lo parió!

el hombre se mostró injusto,
el perro emitió un gruñido...

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