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sábado, 16 de julio de 2016

Eppur si muove

Fuente imagen: www.xarxatic.com
Aquella frase que se atribuye a Galileo Galilei en momentos de abjurar ante la Inquisición sobre la teoría heliocéntrica que él había descubierto, bien que se puede aplicar al Uruguay de este Siglo XXI en el que -a pesar de los que sostienen la tesis del cuanto peor mejor- el país tiene señales positivas. Nadie niega el decrecimiento que atraviesa nuestra economía, reflejo de una realidad mundial anclada en los vaivenes de un comprador de las dimensiones de China y los estándares (muchas veces especulativos) de USA. Sea como fuere, y a pesar de esa realidad, algo bien deben haber hecho los tres gobiernos que lleva el FA por cuanto sigue inspirando confianza internacional no solo de inversores sino de aquellos que especulan comprando deuda a países como el nuestro que honran sus compromisos. Como dijera Galileo, a pesar que la Inquisición blanqui-colo-concertancionista diga lo contrario, Uruguay, “eppur si muove”...


No son ellos somos nosotros

No es por gracia absoluta es por plata, ya se sabe. Es por el rédito económico de las inversiones que los inversores se instalan en un lugar. Son las exoneraciones fiscales, los beneficios que se les presentan para hacer atractivo un lugar donde asentar una fuente productiva que no solo recupere lo invertido sino que genere ganancias. Eso es hoy el Uruguay para muchos visionarios que arriesgan a instalarse en el país, a pesar de los agoreros del desastre que afirman enunciados que se dan de bruces con la realidad.

Achacan a Mujica el desastre de su período de gobierno agrandando un déficit que tiene mucho peso en las inversiones realizadas y en el mantemiento de políticas sociales que saben dar su fruto a largo plazo, pero sin las cuales se sufren crisis como la actual donde los efectos son ostensibles. Sin embargo -eppur- ese gobierno hizo parte de una década virtuosa que miran con especial atención los grandes capitales que arriesgan a elegir a Uruguay como destino. 

Aquellos que hoy apuestan a que no haya petróleo, o que apostaban (y perdieron por goleada), a una sentencia negativa para el país en el juicio contra Phillips Morris, son los que tienen miopía institucional, pues olvidan que la Nación es mucho más que una elección o un partido político, somos todos. No son ellos, somos nosotros, todos dentro de la misma comarca, del mismo barrio, con un interés común que es el bienestar y desarrollo de nuestra gente. De eso se trata cualquier intento por construir verdaderas políticas de Estado.

Califican de fracaso gestiones de las que fueron parte, pero lo hacen desde la ajenidad con un fin electorero de vuelo tan corto que terminan perdiendo elecciones ya por tres períodos. Pretenden hacer caudal de hechos desgraciados sin reconocer los avances alcanzados de los que ellos fueron también parte en el acuerdo. Hablo de la seguridad, donde un acuerdo multipartidario sentó las bases para la refundación de un ministerio como el del Interior. Pero claro, ellos hicieron como que compartían y nosotros gestionábamos (sin el como, porque los hechos son elocuentes).

Hoy, nuevamente el Presidente los convoca a sellar acuerdos en el tema, convencido que es el camino y no -como pretende hacer ver- como una forma de solicitar ayuda ante lo que consideran fracaso. No es así, y no entendieron nada si así piensan.

El Presidente los convoca porque es un visionario que sabe que solo con verdaderas políticas de Estado, con acuerdos que traspasen toda barrera ideológica, es posible lograr resultados permanentes y definitivos. Desde la humildad de los grandes, tan grandes que sabe que puede caminar solo (tiene mayorías) pero aún así necesita hacer más amplia la base del acuerdo y el entendimiento porque es el Presidente de todos los uruguayos y no solo de los que le votaron.

Uruguay sigue en movimiento y lo seguirá haciendo por mucho tiempo más. Lo demuestra la confianza que inspira a nivel internacional como el reciente llamado a colocar bonos de deuda por 1,147 millones y que generó una demanda de 5,300 millones. Si eso no es tener confianza en el país, entonces que me digan qué es.

Uruguay fue elegido por UPM para una megainversión en una tercera planta de celulosa que impactará no solo en varios puntos del PIB cuando empiece a producir sino en la fase previa de su construcción, donde se crearán miles de puestos de trabajo a los que se sumarán otros miles de puestos genuinos en la fábrica.

A pesar de todo esto que se dice, se realizó un paro general con un alto acatamiento que fue notorio en todo el país. Eso no desmerece nada, solo demuestra que hay razones para defender el salario de los trabajadores y que existe una central obrera fuerte que puede pararse firme en sus reclamos. Lo diferente, es que enfrente tiene un gobierno sensible a los intereses de los trabajadores, que no tiene vergüenza en dar marcha atrás en una decisión si la entiende justa. Un gobierno que sabe que en los trabajadores tiene un pulmón irremplazable para dar oxígeno a una economía que se hizo fuerte a partir de la recuperación de su salario. 

Uruguay, eppur si muove, y en ese movimiento hay cuerda para rato...  


el hombre hacía cuentas,
el perro gruñía una sonrisa...

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