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lunes, 31 de octubre de 2011

El Colorado, una villa con patrullero propio

Una Comisión de Vecinos junto a empresas locales, se dieron el gusto del Patrullero propio. Se trata de la localidad de El Colorado en Canelones, donde fue entregado un móvil íntegramente costeado por los residentes de una preciosa zona de chacras y viñas, que últimamente se vio afectada por acciones delictivas que alteraron la tranquilidad lugareña, elevando la percepción de inseguridad entre los vecinos.
 Es cierto que este tipo de movidas no necesariamente debieran hacerse para cumplir objetivos que le son inherentes al Estado. Así lo expresó el propio Ministro del Interior al decir que no espera de la ciudadanía participaciones de este tenor precisamente, ya que es tarea de los gobernantes aportar lo necesario para la seguridad pública, en tanto es función del Estado hacerlo. No obstante ello, no cerró totalmente el tema pues puede ocurrir que existan otras acciones parecidas en las que un colectivo ciudadano colabora para la adquisición de este tipo de herramientas tendientes a mejorar la seguridad de una zona.

Seguramente el Ministro se refirió a otro tipo de participación ciudadana en la que el centro sea mejorar los niveles de confianza y relacionamiento entre la población y la fuerza policial de modo que permitan mejorar los niveles de seguridad a partir de ese vínculo. De eso se trata, de generar más y mejor convivencia entre todos los actores que hacen a la vida social de un barrio, de una villa, localidad o ciudad. Ese tipo de relacionamiento que permita combatir al delito desde su origen mismo, ya que al hacerlo, minimiza todo costo social que genera el quiebre o rotura del entramado social establecido.

Una vez que se rompe ese tejido de relaciones humanas, zurcirlo se hace altamente oneroso en términos de vidas -las más de las veces, de jóvenes- que ingresan al delito a partir de experiencias que pudieron prevenirse con mayor participación ciudadana simplemente.

Pero en El Colorado sería diferente. Si bien se empezó por comprar -a su entero costo con aportes solidarios de vecinos y empresas- un Patrullero para la zona, el mismo representa un objetivo concreto que los aglutinó. Objetivo que no es el primero ni será el último pues este colectivo de gente trabajadora del lugar, seguirá recorriendo el trillo y marcándose otros objetivos que le permitan consolidar esos eslabones de confianza que los hacen sentirse fuertes y seguros.

Parecería un contrasentido lo que diremos pero intentaremos hacerlo de manera que se pueda entender. A pesar del logro y la satisfacción que experimentan los vecinos de El Colorado, no deja de llamar la atención que un Patrullero haya sido el objetivo primario de su convocatoria. Un auto que, al fin de cuentas y a pesar que podrá usarse en más de una ocasión como herramienta para salvar o traer vidas al mundo, no deja de ser una herramienta de uso policial y más precisamente, represivo. Un patrullero es también un arma visto desde el punto de vista de la seguridad por cuanto se constituye en un elemento de uso policial que contribuya con la seguridad pública, cometido esencial y privativo de la Policía Nacional.

Entonces, visto así, los vecinos de El Colorado empezaron por “armarse” de un Patrullero, para mejorar así su percepción de inseguridad y mutarla a una de seguridad con el auxilio de ese vehículo que dará pronta respuesta en caso de ser necesario.

Pero, como dije, intentaré que se entienda el razonamiento por el absurdo que inicié, para concluir que - aún a riesgo de haber sido ese el sentido inicial- los vecinos de El Colorado tendrán no solo un móvil policial nuevo sino una nueva forma de construir conciencia a partir del trabajo colectivo que iniciaron con este emprendimiento cuya concreción celebraron.

Lejos de “armarse” para combatir la delincuencia con un Patrullero, se han armado a sí mismos con voluntad y constancia, valores imprescindibles para demostrar que pueden hacer grandes cosas si lo hacen juntos. Han generado una sinergia maravillosa que dará impulso a otros emprendimientos que permitirán construir seguridad a partir de la participación ciudadana, ese vital elemento sin el cual será estéril cualquier política que intente mejorar la seguridad pública.




el hombre aplaudía la llegada del Patrullero,
el perro aullaba acompañando la sirena


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