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lunes, 24 de febrero de 2025

Se van, se van, los Patos; los Asaltantes, se van...

La mítica retirada de la murga “La Línea Maginot” del año 1940 tiene hoy una vigencia tremenda. No solo por la connotación que le damos quienes padecimos los peores cinco años de nuestras vidas, avalados por el cúmulo de escándalos a los que los escasos gobiernos blancos nos tienen acostumbrados, sino por algunas de sus cuartetas referidas a la guerra que padecía el mundo por aquellos años. Han pasado 85 años y el mundo sigue tan violento como entonces, o más. Y los hombres siguen con la ambición intacta, también.

Seguramente que el letrista Oscar Páramo jamás imaginó que su letra para la retirada de la murga La Línea Maginot se mantuviera vigente en pleno Siglo XXI. Sin embargo, la “veleidosa probidad de los hombres” uruguayos le ha permitido sobrevivir y marcar la actualidad más allá de los años.

Si repasamos aquella letra, la mención al estallido bélico de Europa era un sesgo que retrataba la murga en una exhortación por la paz que estaba lejos de ser una realidad para una América que era espectadora del conflicto internacional. 

QUEREMOS LA PAZ

Como una visión de horror
Contempla América entera
Que en Europa como fieras
Se destrozan con rencor.
Escenas de hondo dolor,
Cuadros que el alma desgarran
Y el cañón y la metralla
Sembrando desolación.

No tendrán perdón de Dios
Los que por sus ambiciones
Entregan a las naciones
Al odio y la destrucción.
Alcemos un ruego para ver
Que la paz allá reine de nuevo…”

Lo que seguramente no imaginó es que poco menos de un siglo después, la guerra sigue presente en el mundo y con mayor atrocidad. Ni tampoco que para los uruguayos, su más recordada letra estuviera en la parte final de la misma, donde la retirada se refuerza al ritmo del bombo, platillo y redoblante, dejando meridianamente clara la idea de la despedida como un grito de guerra: se van, se van... 

Esa despedida adquiere ribetes místicos para una mayoría de uruguayos que padecieron uno de los lustros más escandalosos de la historia reciente.

RETIRADA

Se van, se van los Patos,
Los Asaltantes se van,
Se va la Gran Muñeca,
La Milonga Nacional.
Se van, se van los Hongos,
Araca la Cana se va,
Don Bochinche y Compañía,
Línea Maginot se va…”

¡Al fin se van!!

Y se van sin pena ni gloria, a pesar de las muchas claques que fogonearon una imagen presidencial de alguien que tuvo su verdadero sesgo en las urnas, con porcentajes que difieren notoriamente con la popularidad que le atribuyeron las empresas consultoras. Algo que rebatió de forma contundente el politólogo Oscar Botinelli: al presidente lo votaron menos de los que decían las encuestas sobre su imagen… bastante menos, por cierto.

No era para menos, porque el verdadero presidente fue el que prometió terminar con la suba de impuestos y de combustibles, e hizo lo contrario de pique. Y no le atribuyan a la pandemia ni a la sequía responsabilidades que no tuvieron pues el país no dejó de crecer luego y sin embargo no repartió esa riqueza sino entre unos pocos, los bendecidos “malla oro”.

Siempre fue una cuestión ideológica y así lo dejó claramente establecido con los datos fríos de su gestión. Terminan con el mismo déficit fiscal que demonizaron haber recibido de la gestión frenteamplista, con la gran diferencia que ese déficit no se explica por un mayor gasto social sino todo lo contrario. Su razón es financiera y se traduce en más deuda pública junto a compromisos a futuro que dejan muy comprometida las arcas para el futuro gobierno.

Dejan un país con mayor pobreza y lo que es aún peor, en los estratos más sensibles de toda sociedad, en la niñez y adolescencia. El futuro hipotecado.

Dejan un país más inseguro y mucho más violento. Récord de homicidios desde que se llevan registros con un incremento de la violencia que es más que preocupante y a la que habrá que atacar de muchas maneras a la vez, y no solo por parte de la Policía.

Nos dejan a muchos uruguayos descolgados y en situación de calle a los que habrá que incluir a como de lugar; algunos con tratamientos médicos y/o clínicos de rehabilitación por adicciones. Tarea que habrá que emprenderse rápidamente para revertir una situación que ya es caótica en todo el territorio y no solo en la zona metropolitana.

Nos dejan un país de acopio, dejando atrás todo el esfuerzo desplegado por evitar esa evolución negativa de pasar de un país de tránsito para la droga a uno donde se acopian grandes cargamentos para ser enviados a Europa, convirtiéndonos en una de las puertas de salida de los mismos.

Nos dejan un “puerto sucio”, principal ventana comercial del país sometido a 12 períodos de gobierno con un régimen monopólico otorgado en flagrante violación de la Ley de Puertos (aunque para la Fiscalía se trató de un error excusable), a una empresa multinacional belga que no avanza en las obras prometidas pero que incrementó su valor en miles de millones de dólares.

Nos dejan expuestos al ridículo y la observación internacional de nuestros documentos de viaje al otorgar -cual salvoconducto- un pasaporte de forma exprés a un narcotraficante peligroso y pesado como Sebastián Marset. Otorgado mientras estaba preso en una prisión de Dubai, mintiendo sobre su residencia y mintiéndole al Parlamento como se comprobó luego, dejando como saldo preliminar (porque la causa sigue), la destitución de dos ministros y dos subsecretarios (de Interior y RREE, respectivamente), junto a un asesor presidencial de comunicación.

Aunque el ministro de RREE – Omar Paganini- afirme lo contrario, la imagen internacional del país y del presidente que se va, queda muy devaluada con estos incidentes que han generado una mancha que llevará mucho tiempo borrar.

Un presidente que estuvo rodeado de asesores adictos a cometer delitos como Astesiano y Lafluf, dejan un saldo negativo del entorno presidencial que no se salda con excusas como el pasar a saludar o comerse un garrón.

No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, todo tiene un final, como la vida misma.

Pero lo bueno es que hay finales que son felices y este es uno de ellos sin lugar a ninguna duda.

Por fin se van...

el hombre aprontaba las banderas,
el perro ladraba
una despedida

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