Vecinos de Nuevo París - Oct. 2021 |
La pandemia está en franca retirada, así lo insinúan las cifras oficiales –aunque todavía hay que estar alerta y no bajar la guardia-; así también lo intuye una población que empieza a liberar el reprimido impulso de salir a la calle (por obligación o esparcimiento). Y es que, a poco de empezar a andar el circuito comercial y a moverse la gente en consecuencia, también echó a andar una delincuencia que estaba agazapada a la espera de esa clientela inmovilizada por la pandemia. Como ocurrió en el mundo entero, también en nuestra sociedad se dio comportamiento parecido; lo explicaron claramente analistas internacionales (expertos en seguridad pública), que recabaron datos entre los que se incluyó a Uruguay. Sin embargo, instalaron la falsa idea de una baja de los delitos atribuida a una gestión exitosa pero, la realidad se está encargando de desmentirlos. Los barrios empiezan a mostrar su descontento sufriendo una inseguridad que se choca con la versión oficial de una realidad que empieza a ser cuestionada. Lo más triste es lo que sufren las víctimas inocentes que comprueban, en carne propia, las consecuencias de una seguridad que hace agua por varios lados.