Fue sin estridencias, sin reclamar renuncias ni venganzas. Fue en silencio. Un silencio que aturde, un grito ensordecedor. Un grito ahogado por el dolor que busca consuelo en la justicia y en el perdón. Ya nadie les va a devolver lo perdido, pero saben que tampoco el odio les dará consuelo. Son ASFAVIDE y volvieron a “gritar” su reclamo en silencio con velas encendidas en una escalinata del Palacio Legislativo que emitió su voz en forma de luces que iluminen a quienes tienen responsabilidades en alcanzar soluciones ante la violencia que nos roba vidas de forma inexplicable. “Valoremos la Vida” fue el mensaje, y ese silencio aturdidor aún resuena por el Palacio de las Leyes...