Pasadas las elecciones internas en todos los partidos empezarán “a acomodarse los zapallos en el carro”, es la instancia lógica tras una elección que determina quiénes disputarán la carrera electoral en octubre. Particularmente, en el Frente Amplio se dio una peculiar instancia en que el vencedor no consideró pertinente elegir a la segunda en la contienda como acompañante de su fórmula (algo que también hicieron los vencedores de los demás partidos) y eso generó un sinfín de opiniones -propias y foráneas- que intentaron echar leña a un fuego interno que, tengan más que claro, lo resolveremos nosotros, los frenteamplistas. El mostrar los chisporroteos internos del FA con tanta insistencia no hace otra cosa que disimular los líos que enfrentan los partidos de la oposición, que si algo han dejado claro es que sólo les impulsa el deseo de sacar al Frente Amplio del gobierno. Ávidos por hacerse de la torta enriquecida que se generó en esta década y media. Así las cosas se olvidan que estamos nosotros, los frenteamplistas, las bases, los militantes, esos que son la fuerza misma y el motor principal de esta “colcha de retazos”. Una fuerza de la que no podrán entender nunca su fraternidad en la diversidad, que tendrá sus roces pero que pone primero al interés colectivo por encima de los de cada sector. El FA es el instrumento, lo saben ellos pero -fundamentalmente- lo sabemos nosotros, los frenteamplistas...