A partir del 1º de marzo no solo cambió el gobierno nacional, cambiaron también otras situaciones que no han podido disimularse por más esmero que pusieron. Como por arte de magia -y bajo el paraguas del COVID-19- los espacios informativos no dejaron resquicio para la crónica roja, esa que supo ostentar la porción mayoritaria de los noticieros con delitos que hoy, brillan por su ausencia mediática. Como por arte de magia ya no se les da el aire de entonces, los móviles en vivo (algunos pautados previamente) dejaron de tener su espacio habitual y los micrófonos ya no se prestaron a los indignados vecinos que reclamaban por seguridad en sus barrios. Los procedimientos policiales pasaron a contar con la aprobación explícita de los mismos que antes los criticaban y los titulares de los diarios se olvidaron de las noticias policiales. Señores, hagamos un minuto de silencio en su memoria...