Si Divididos hubiera vivido en este Uruguay de ahora, seguramente creeríamos que su canción “¿Qué ves?” era un mero relato de la actualidad oriental en tiempos multicolores… pero no. Cuando la mentira es la verdad no es otra cosa que una triste realidad que se ha instalado en la gestión pública uruguaya y a la que no tienen ni un mínimo de vergüenza en ocultarla o –tan siquiera- disimularla. Mienten de forma descarada ya no para obtener el voto sino para justificar una velada orientación contraria a lo que prometieron en campaña. Y lo hacen sin que se les mueva un pelo, con un cinismo propio de gente sin escrúpulos. Se creyeron los dueños del relato y lo manejaron a sus anchas mientras pudieron, pero a poco que la gente empieza a sentir los efectos de su gestión, es la propia realidad la que se encarga de desnudar sus mentiras. Sin contar con la confesión de parte que hacen sus propios actores lo que, como la máxima penal indica, releva toda la prueba…