Finalmente
llegó el día tan esperado, el fin de un período en el que prometieron los
mejores cinco años y padecimos los peores sin lugar a ninguna duda. No todos,
porque hubo un círculo de privilegio que tuvo los mejores, claramente. Pero al
fin llegó ese día en que la Torre Ejecutiva se convierte en un gran jaulón que
tendrá en su interior a un canario que cantará por los siguientes cinco años
las melodías que esperan hace tiempo los uruguayos más postergados. Señores,
empieza un tiempo nuevo con un canario presidente en la Torre Ejecutiva…