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Fuente imagen: laopinioncoruna.es |
El ministro Heber quedó mal tras las casi 20 horas de una interpelación que lo expuso a una de las más infames entregas de soberanía de la historia nacional, con un acuerdo que otorga un monopolio privado desregulado en el puerto, a una transnacional belga. No es para menos, porque el tema trasciende hasta su propia existencia y la de todos nosotros que no estaremos para poder disfrutar de nuestro puerto libre nuevamente. Ya reintegrado a su cartera del Ministerio del Interior, no pudo evitar estar nuevamente en la agenda a pesar del notorio blindaje mediático que acompaña la gestión de este gobierno. Una seguidilla de crímenes -de los que hoy se esmeran en ventilar los antecedentes de las víctimas siempre- y la increíble fuga de un narco coloniense que se informó pasados más de 10 días de producida la misma, lo pusieron en el podio de los titulares. Lo que siguió a esa fuga, en expresiones del mismo titular de la cartera, dan cuenta de una improvisada forma de comunicar a la que suman impericia o deliberada tergiversación de los hechos, ya que es imposible argumentar de otra forma semejantes contradicciones. Todo parece indicar que al Ministro le han tirado fruta y de la que estaba en peor estado, es decir, podrida. De otra forma no se explica que haya salido públicamente con una versión que luego corrige en base a la declaración de un delincuente que lejos de ser recapturado pareció entregarse de forma acordada. Mientras tanto, siguen y siguen… tirando fruta.