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Imagen: www.aporrea.org |
El
conflicto palestino-israelí está llegando a momentos de definición
por el hartazgo de tanta barbarie inexplicable. Particularmente en
nuestro país se ha desatado una lluvia de comentarios contra las
expresiones de un Presidente con alto prestigio internacional que no
tiene reparo en calificar los excesos cometidos por un país amigo de
Uruguay. Es que hasta a los amigos se les puede decir que se
equivocan, a los amigos no se les trata con hipocresía, a los amigos
se les dice las cosas de frente, sin rodeos. Es abrumadora la
superioridad bélica de Israel frente a Palestina, también es lícita
la defensa de Israel ante lo que pueden ser ataques terroristas que
atribuye al grupo palestino Hamas. Pero aún con ese justificativo,
la desproporción está signada por la muerte de inocentes de ambos
bandos, fundamentalmente niños palestinos que estaban en el momento
y lugar equivocados: una escuela, un hospital, o su casa... Imposible
querer ensayar una justificación ante tanta violencia. Nunca más
vigente las palabras de un revolucionario de hace más de dos mil
años... el que esté libre de pecado, que arroje... “el primer
misil”.