Aquella frase de Maradona quedó atrás, ya nadie puede ignorar que el fútbol, particularmente el uruguayo, está herido de gravedad y se ha convertido en un deporte de riesgo. Los tristes y recurrentes hechos de violencia dan la pauta de haberse instalado sin solución aparente a la vista. Si el lanzamiento de una garrafa de 13 kg desde la altura de la tribuna Ámsterdam nos impresionó, los hechos que siguieron a aquel episodio no dejan lugar a dudas. Su ocurrencia no fue el parteaguas que se pensó y el ingreso de elementos prohibidos sigue siendo una constante a la que nadie le pone fin.