#48FA

La "Peque"

Este 5 de febrero la fuerza progresista uruguaya, “la colcha de retazos” que nos junta y cobija a todos los frenteamplistas, cumple 48 años de existencia. Un número simbólico si los hay que representa en la tabla de los sueños para los quinieleros al muerto que habla. Y la verdad que este muerto que quieren matar hace rato desde tiendas opositoras no solo está más vivo que nunca sino que tiene “parla” para rato al punto que renovará su cuarto mandato gracias a las “focas frenteamplistas” que serán focas pero no mastican vidrio (ni se comen gobiernos rosados de nuevo). El Frente Amplio, esa fuerza constructora de la que hablaba el Gral. Seregni está vital y vigente para renovar un mandato bajo los mismos principios -irrenunciables- de siempre, pero con renovados sueños que, al fin de cuentas, son la savia nueva que nos impulsa a seguir avanzando...

El muerto que habla… y seguirá hablando

Desde que el FA llegó al gobierno, la Peque me acompaña, hoy con sus 87 abriles encima se pelea con cuanto malhumorado se le cruza y defiende las conquistas obtenidas en estos tres períodos consecutivos de gobierno progresista. Ella, que es jubilada, conoce bien las peripecias vividas durante décadas no solo para poder jubilarse sino para que el premio del retiro tuviera la dignidad que hoy se percibe o los aumentos superiores a la inflación como los de esta era frenteamplista. 

Es increíble que se sigan argumentando falsedades sobre la situación financiera del país, que supo sortear las crisis regionales en una operación de blindaje que hay que reconocerle al equipo económico. Argentina es el ejemplo más notorio de lo que no se atreven ahora a mencionar los que aplaudieron las promesas de Macri y su llegada al gobierno, presagiando con ella una renovación que se transmitiría sin más a este lado del Río de la Plata. 

Ese espejo argentino debería bastar para que los uruguayos tomen plena conciencia de la irresponsabilidad manifiesta de quienes apuestan a que nos vaya mal para llegar al poder sin importar el precio. Apuestas que pierden una y otra vez, y que se chocan con los estudios de consultoras internacionales que siguen rankeando positivamente al Uruguay alejándolo de toda crisis y poniéndolo como ejemplo de administración financiera, una isla en un continente en quiebra.

Son 48 años de existencia, de lucha y compromiso en la construcción de una nueva forma de hacer política. Años de construcción de unidad en la diversidad, ese gluten fermental que nos distingue y que se traduce en una síntesis programática fruto de esa amalgama ideológica diversa y unitaria a la vez. No lo entienden ni lo van a entender nunca, por más que intenten emularnos, no calzan la estatura ideológica para lograr un acuerdo que sintetice tantos sectores diversos en un marco común que trasciende un mero acto electoral. Porque el acuerdo no es para alcanzar el gobierno sino para construir un modelo que ejecute políticas de gobierno que lleguen a la gente.

Basta con repasar los logros obtenidos en materia de derechos, de independencia económica, financiera y energética, para darnos cuenta que recibimos un país en crisis y construimos otro país, sólido y sustentable. Un país creíble al que apuestan -cada vez más- los inversores extranjeros, esos que no invierten en donde no tienen confianza ni ven oportunidades.

Es que los inversores no son tontos, saben que hay otro Uruguay, un país que aumentó su nivel de reservas a extremos históricos, que aumentó su producto bruto interno, que recibió un país con una deuda que superaba el 100% de su PBI y hoy la redujo al 65%. En suma, es un país con posibilidades ciertas de crecimiento y expansión, un país muy distinto al que nos dejaron en plena crisis.

Por eso es que estoy convencido que los uruguayos son como los inversores extranjeros: no son tontos, y saben bien quien es quien en este rincón del mundo donde nos conocemos todos. 

Los uruguayos saben que con el Frente Amplio todavía hay muchos sueños por cumplir.

Feliz cumpleaños a todos los frenteamplistas.

Viva el Frente Amplio!!

el hombre levantó la bandera,

el perro olfateaba la torta...