Publicado en La ONDA digital
¿Quien no registra el famoso cuadro de Joaquín Torres García conocido como el mapa invertido de América del Sur? Ninguna obra pictórica resume tan gráficamente la idea de un norte al que se toma como referencia, y por el que el artista se sintió inspirado a invertir el mapa para realzar la idea de que el sur también existe.
Y por si fuera poco, un pequeño rincón de ese sur -que puja por hacerse ver y sentir- marca la agenda en forma hazañosa. Seguramente resulte inexplicable al concierto internacional, no ya nuestra existencia, sino la relevancia que tienen nuestras humildes acciones llevadas adelante por no menos humildes protagonistas (actitud que los dimensiona plenamente).
Ese norte anhelado dejó de ser tal para miles de compatriotas que aprontan las valijas apurando el retorno. Un regreso para el que aún no estamos preparados pero que tienta y acelera los tiempos para estarlo cuanto antes, pues quien se fue con esperanzas e ilusiones puestas en otros horizontes que hoy padecen crisis, piensa en el regreso a este (otro) país que felizmente estamos construyendo.
No es casualidad tanta buenaventura acumulada. A la suerte había que saber ayudarla, y ya no se trata de pura fortuna sino de deberes cumplidos con responsabilidad y seriedad. Esos atributos que generan confianza para que el Mundo nos tenga como referentes a la hora de elegir donde invertir. No es menor que hoy se cite a Uruguay por su ejemplar comportamiento a la hora de enfrentar la crisis europea (de la que no se salvó nadie en este sur devenido en norte, salvo nosotros que lejos de padecer sus efectos, crecimos).
Hoy la oposición concentra sus baterías en aludir a los desencuentros del equipo de gobierno. Como si los uruguayos no recordáramos pasadas situaciones vividas en tiempos que ellos gobernaban. Detrás de esa andanada de argumentos contrarios se esconde una intención manifiesta de aprovechar este momento porque se acaba. Son conscientes que si el gobierno de Tabaré realizó grandes cambios estructurales, este gobierno de Mujica será la continuación y reafirmación de ese rumbo. Los efectos se están disfrutando y lo poco o mucho que queda por resolver, será cuestión de poco tiempo más. Estamos seguros de eso pues hay proyecto y trabajo puesto en los problemas que más aquejan hoy a los uruguayos (por lo pronto en lo que a seguridad refiere no tenemos dudas).
El tiempo de criticar es ahora porque saben (lo presienten), que en poco tiempo más los resultados hablarán por sí solos.
Este sur mutado en norte recoge los frutos de una siembra que lleva seis años de continua mejoría. La economía -en una sociedad donde el capital y el mercado son motores-debe ser el instrumento que permita el pleno desarrollo de la sociedad. El estado de bienestar y crecimiento es el nicho donde invertir esos frutos. Y ese círculo virtuoso generará más desarrollo aumentando el potencial de las nuevas generaciones.
Los beneficios serán inevitables y algunos de ellos los estamos disfrutando. No es por casualidad que se registre un récord histórico de desempleo; no es casual el volumen de inversiones que recalan en este lugar del mapa; la tremenda actividad portuaria marca índices desconocidos, por citar tan solo algunos casos.
Hasta en el deporte más popular se reflejan los resultados. Señal inequívoca de que vamos por buen camino. Uruguay mereció un más que disfrutable cuarto puesto mundial y va por consolidar el prestigio obtenido en buena ley. Los juveniles futbolistas uruguayos se clasifican a todos los mundiales; Peñarol se mide por ser el mejor de América. Parece inevitable convencernos de que somos el norte para muchos que hoy están al sur del mapa de Torres García.
Queda mucho por mejorar, es cierto. La educación tiene un debe que necesita reformular para volver a ser lo que antes fue para orgullo de los orientales. La vivienda -ese otro gran desafío para este gobierno- tiene su apuesta en el Plan Juntos, y tenemos que promoverlo. La seguridad completa y encabeza esta terna, pero en este tema estamos convencidos que pronto se verán resultados que sepultarán definitivamente toda crítica.
El tiempo de criticar es ahora, y lo saben...
el hombre no precisaba brújula,
el perro tampoco
el perro tampoco
* Columnista uruguayo
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