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miércoles, 16 de abril de 2014

“Indignaditos” uruguayos

El plazo para inscribirse al padrón electoral vencía indefectiblemente el martes 15 de abril y los horarios se extendieron hasta la medianoche. Sin embargo un grupo menor de “indignaditos” uruguayos hizo sentir su voz ante las cámaras para defender (?) su inderogable derecho a ejercer el sufragio por primera vez. Lo que llama la atención, fue que hicieran el reclamo el último día, exigiendo a otros lo que ellos mismos no estuvieron dispuestos a hacer durante todo el tiempo hábil que contaron para hacer un trámite que -justo es decir también- debiera ser automático ante la obligatoriedad del voto en nuestro país. Son los indignaditos uruguayos, los que aparecen en cuanta ocasión pueden, siempre y cuando hayan cámaras mediante...

Uruguayos por donde se los mire

Uruguay fue el último clasificado al Mundial 2014, como cumpliendo una condición intrínseca de nuestra idiosincracia, de dejar todo para el último momento.

En todos los órdenes de nuestras vidas contamos situaciones que nos recuerdan esa forma de actuar improvisada, caótica, y repentista. La misma que permite disfrutar logros  como hazañas o sufrir derrotas como tragedias. Es la cultura de esperar el milagro, el gol en el último minuto, el penal errado de Asamoah Gyan o la picada del “Loco” Abreu...

Es lo que sufrirán unos 8.000 jóvenes “ni – ni” que sumarán otro “ni” a su acervo ya que ni estudian, ni trabajan y ni votarán en las próximas elecciones, por la sencilla y rudimentaria razón de no haberse inscripto en tiempo y forma en el padrón electoral. Digo rudimentaria porque a esta altura y en pleno Siglo XXI, así como es obligatorio el voto, debiera ser automática la inscripción. Ahorrándonos dinero, tiempo y excusas, como las que expusieron estos pocos “indignaditos” que tuvieron sus segundos de fama por TV sin más retorno que eso, que los vieran sus amigos y familiares por la tele.

Porque, vaya si tuvieron tiempo hábil para hacer la gestión! Pero como todo uruguayo, -y más si están al “santo gas”- dejaron para el último momento una gestión que no tenía mayores inconvenientes. Lo más triste es que alegaron desconocimiento de los plazos, ampliamente difundidos sin éxito, para estos ocho mil excluidos.

Sin ánimo de defenderlos ni mucho menos, hubieron ocho mil potenciales votantes que no fueron bien atendidos por los directos responsables: los partidos políticos. Porque son estos los que debieron promover en tiempo y forma, el ejercicio de las responsabilidades ciudadanas y no solo en tiempos electorales. De haber cumplido su parte el resultado hubiera sido el de ningún excluido por esta razón, o por lo menos hubieran sido muchos menos.

Igualmente el número no es del todo malo, a estar por las estadísticas anteriores, pero viene siendo hora de hacer algo diferente desde la Corte Electoral para que no quede nadie fuera del sistema.

Voto obligatorio – Inscripción automática

En efecto, si el voto es obligatorio, la inscripción debería ser automática, y de ese modo ningún inscripto en el Registro Cívico Nacional, quedaría afuera (salvo los que tuvieran limitado el derecho al voto por alguna circunstancia legalmente prevista). Del mismo modo el requisito de las partidas de nacimiento debiera ser revisado por cuanto es un insumo que el propio Estado tiene y expide, entonces ¿por qué lo exige al usuario si el mismo emisor  (Estado) podría corroborar el dato? Son resabios de otras épocas que se deben cambiar y del cual ya han habido intentos en este gobierno, pero que aún no se concretan.

Lo que llama la atención -aunque cada vez menos, lamentablemente- es ver como se alzan gritos destemplados y reclamos absolutos por los “derechos vulnerados” de algunos colectivos como estos, sin el menor atisbo de reconocer la responsabilidad que les cabe por la situación. Porque es suya y nada más que suya, la consecuencia de no poder cumplir en tiempo y forma con su registro, sin embargo ese aspecto se soslaya.

Y más triste aún son los intentos de desbordes que -por suerte y por acción a tiempo de las autoridades- fueron contenidos sin mayores consecuencias. Está pasando cada vez con más frecuencia que, situaciones como estas, disparan la reacción de colectivos que poco o nada tienen que ver con los verdaderamente afectados, pero que aprovechan la circunstancia para desatar reacciones y tumultos en busca de otros intereses (los suyos).

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

En el fútbol está pasando algo parecido, y lo más preocupante es que desde las instituciones no se aprecia la importancia del problema. Se defiende a ultranza el derecho a vender entradas hasta la hora de los partidos y no se fomenta la compra anticipada.

Por lo menos, no con el énfasis que debieran.

Mantener el sistema de venta actual hasta el último momento, es una invitación a los desbordes y atropellos de los que la emprenden contra los puestos de venta atentando contra sus instalaciones generando incidentes. A tal punto que llevó a medidas como las de Red Pagos, de no vender más en ciertos locales (supermercados) o hacerlo hasta el día anterior a los encuentros. La ansiedad e impaciencia de esos “hinchas”, mereció medidas restrictivas que buscan preservar no solo el orden sino también la infraestructura de los locales junto con la tranquilidad del resto de los clientes de esos comercios.

Justo es decir que también nos falta paciencia y consideración. Porque a estar por los que fueron protagonistas de las protestas (un par de cientos), el mayor reclamo vino por la negativa del Registro Civil a expedir partidas de nacimiento más allá de las 18:00 horas (hubo un pedido para extender hasta las 22:00 que no fue aceptado). Seguramente el cansancio era mucho en los funcionarios, pero un esfuerzo al respecto hubiera evitado todo este reclamo (aunque me dejara sin tema). De todos modos nada elude la principal pauta que inspira esta columna: la dejadez y desprolijidad ciudadana.

Es la cultura de dejar todo para último momento que nos mantenemos los uruguayos como defecto a corregir, en aras de evitar la acción de quienes se aprovechan de las circunstancias para generar ruido.

Son los “indignaditos uruguayos”, los que reclaman todo pero no se comprometen con nada.

 
el hombre ya tenía la balota,
mientras el perro ladraba al final de la fila...

1 comentario:


  1. tengo
    37 años nunca tuve credencial quise sacar el pasaporte para viajar y me lo negaron por no tener el documento que sirve para hacer uso a mi derecho a voto de que derecho me ablan es el documento que me obliga a votar . democracia jaja somos cabernicolas

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